La Fundación Focus-Abengoa ofrece hasta el próximo 20 de enero la exposición «Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad», una oportunidad única para que los sevillanos puedan disfrutar en esta ciudad de un conjunto de 16 cuadros del genial pintor que no se veían juntos desde hace dos siglos, cuando las tropas del mariscal Soult expoliaron lo mejor del arte hispalense. El espectador contemplará, pues, grandes obras maestras del barroco como «El sueño del patricio» o la famosa «Inmaculada de los Venerables», que se vuelve a exponer en su marco original que se halla en la iglesia de los Venerables.
Uno de los secretos de la exposición está en el tesón que durante más de diez años ha tenido el director adjunto de Conservación e Investigación del Museo Nacional del Prado, Gabriele Finaldi, que pensó en este proyecto cuando trabajaba como conservador de la National Gallery de Londres, centro en el que se encuentra el «Retrato de Justino de Neve» y el «Autorretrato» del pintor, ambos en esta muestra de Focus-Abengoa. Éste era canónigo de la Catedral y mecenas de Murillo, por lo que le encargó la realización de importantes pinturaspara la iglesia de Santa María la Blanca y el Hospital de los Venerables Sacerdotes.
De Santa María la Blanca se pueden admirar tres lienzos. Uno de gran tamaño («El sueño del patricio») y otros dos más pequeños: «La Inmaculada Concepción y el sacramento de la Eucaristía» y «El triunfo de la fe». También para los Venerables Murillo pintó otras obras maestras de su periodo de madurez creativa, como la «Inmaculada de los Venerables» -obra especialmente idolatrada por el mariscal Soult-, «Jesús Niño repartiendo pan a los sacerdotes» y un «San Pedro penitente», que no se exponía en público desde el siglo XIX.















