EN CURSIVA
LA ETERNA CRISIS DEL PSOE DE ZAMORA
EL PSOE de Zamora sigue siendo un verso suelto más dentro de su partido. Que un cabeza de lista que no ha pisado por Zamora arrase en la provincia, por muy ministro que éste sea (bastante desconocido aún, por cierto), y gane en votos a la candidatura oficial, mientras que en la votación para el Senado, el secretario provincial obtenga menos votos en su capital que un dirigente de Sanabria, debería hacer replantear a la cúpula provincial del partido muchas cuestiones. Algo grave está pasando cuando tanto Carlos Hernández como Jesús Cuadrado no reciben el apoyo de los suyos. A Óscar López la jugada le ha salido bien, igual que ocurrió con la lista autonómica, pero en esta ocasión ha quedado claramente demostrado que las bases no quieren a los actuales responsables de esta formación, y que cualquiera que pase por allí puede parecer mucho mejor. Cuadrado y Hernández no tienen el favor de la militancia y no han sabido pulsar el descontento que existía hacia ellos. La sorprendente candidatura de Camacho hay que analizarla en clave interna del partido, ya que Ferraz no se juega nada en Zamora, pero sí había que poner orden con un golpe sobre la mesa. La cúpula del partido no ha jugado bien sus cartas. Ha echado un órdago y han perdido a la primera, desperdiciando el tanto que les habría supuesto colocar a Cuadrado en la lista al Senado, algo que López y Ferraz ya no hubieran podido modificar. Sabían de la intención de Ferraz y eran conscientes de que lo tenían difícil, pero, aún así, jugaron a la grande y a la desesperada. Es tiempo de cambios en Zamora.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete