Una mujer de Palencia: errar en los tiempos de Twitter
Estos son algunos de los gazapos más llamativos de la prensa en los últimos años

Hoy en día los becarios de las redacciones ni rellenan tinteros ni hacen fotocopias (si es que alguna vez lo hicieron). Resultan mucho más útiles que todo eso en la realidad; de una impagable valía para resolver el caso de una errata imperdonable: señalar al culpable.
Si bien es cierto que un becario temerario en mezcla perfecta con un redactor jefe poco atento es un arma cargada , con muchas posibilidades de hacer un buen destrozo, no es menos cierto que no siempre es el becario el que dispara la bala.
En estos tiempos de Twitter , pantallazo fácil y meneames varios, la errata, lo absurdo y lo cómico generan con velocidad una buena dosis de caras coloradas en las redacciones veraniegas.
Algo así ocurría ayer en la redacción de nuestros compañeros de El Norte de Castilla. La noticia se titulaba «Una mujer sufre un mareo en su domicilio» y el contenido de la misma era tan irrelevante como el titular indicaba. Corrió como la pólvora en las redes sociales hasta convertirse en Trending Topic con secuelas y precuelas: «El Real Madrid se traslada a Palencia para jugar un partido benéfico a favor de la mujer que sufrió un mareo en su domicilio», o el testimonio de uno de los comentarios a la noticia sobre la terrible experiencia de tragarse un hueso de aceituna y expulsarlo por la nariz, animaron ayer la célebre anécdota en redes sociales.

Pero nadie está libre de pecado. Becarios o no, todos los medios tienen deslices de mayor o menor calado y trascendencia. Este mismo periódico digital publicó durante unos minutos la noticia del difícil proceso de divorcio Hulk Hogan . Nada peculiar en el lamentable trance del luchador, si no fuera porque la foto elegida para ilustrar el asunto fue la de la soberbia imitación que del protagonista hizo en su día Joaquín Reyes . Nada que hacer con la casi inmediata corrección del error. La tecla «Imprimir pantalla» de varios usuarios inmortalizó para siempre el desliz.

La web de Telecinco abrió la serie de fotos inapropiadas en 2004. La langosta que ilustraba la plaga sufrida entonces por Canarias, no era la de los antipáticos y voraces insectos que inundaban las playas del archipiélago, sino la de un hermoso crustáceo marino. Fue un éxito en la Red.

Las correcciones sobre la marcha son posibles en la web. Siempre que sean completas. Cuando a finales de octubre del año pasado un teletipo anunciaba la muerte de Marcelino Camacho , muchas redacciones se apresuraron a dar credibilidad a la noticia. Después, segundos más tarde, la obligada llamada de confirmación, daba la vuelta a las portadas de todos los medios. Así lo hizo el diario El Mundo que, sin embargo, olvidó quitar el enlace que invitaba al envío de condolencias al supuesto finado.

Las prisas acompañaron con nocturnidad a la redacción digital de El País , que (en una curiosa confusión que se repitió durante todo el día en televisiones y radios de todo el mundo) mezclaron a dos de los antagónicos protagonistas de una noticia «Obama Bin Laden ha muerto» , decía el desconcertante titular de apertura.
Menos remedio tienen los titulares impresos. Aunque es una práctica poco recomendada, muchos periodistas rellenan huecos de la maqueta con frases sin sentido o letras sueltas hasta poner el titular definitivo. A veces, pocas y en lugares menores, se quedan como estaban.

La redacción del diario británico debía haber llenado la redacción de becarios en junio de 2010, hasta el puesto de director. Si no, se explica difícilmente el titular con el que llegó su portada a los quioscos: «Headline headghgh» (Encabezado, encabegdgdgdg, en generosa traducción»).
Al New York Post le pudo el entusiasmo del empate de su selección ante la poderosa escuadra británica durante el pasado mundial de fútbol de Sudáfrica: «Estados Unidos gana 1-1» narraba su confuso titular de apertura.
Nadie se escapa de una errata, una torpeza o un de spiste. En los tiempos de la prisa informativa y de la cruel auscultación de los navegantes, tampoco de que los internautas pasen un buen rato a nuestra costa. Pero siempre nos queda el becario –angelitos- para salvar la cara ante nuestra audiencia.
Bendito verano.
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