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elecciones 22-m

Rajoy sólo ve a Bildu como un «contratiempo» en la batalla final contra ETA

Pide a los suyos para que nadie se "desanime" ante la presencia de la coalición en las elecciones

ANTONIO MONTILLA

Mariano Rajoy, fiel a la filosofía de medir sus tiempos en los asuntos más delicados, enfrió durante siete días su respuesta a la decisión del Tribunal Constitucional de permitir a Bildu participar en las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo. Lejos del tono visceral empleado por otros dirigentes de su partido, el líder de la oposición dijo hoy en Vitoria que "no le gusta" la presencia de la coalición en las urnas e hizo un llamamiento a los suyos para que nadie "caiga en el desánimo" ante esa situación porque el objetivo del PP "y de la inmensa mayoría" de los españoles es lograr el fin de ETA.

Pero nada traición ni de engaño ni de prueba de que el Gobierno negocia con ETA, Rajoy calificó la irrupción de Bildu como un "contratiempo" propio de la lucha contra el terrorismo. Rebajó de esta manera el tono de las críticas que ilustres de su partido como el ex presidente José María Aznar o la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, que tras la decisión del Constitucional responsabilizaron al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero del posible regreso a las instituciones de "ETA-Batasuna".

El líder opositor también dejó claro que el PP del País Vasco no va por libre sino que cuenta con todo su apoyo. Una bendición que despeja cualquier duda sobre la posibilidad de que Antonio Basagoiti, presidente de los populares vascos, rompa el compromiso con los socialistas que permite que el socialista Patxi López sea el lehendakari. Rajoy dijo sentirse "orgulloso" de que Basagoiti haya demostrado que se puede defender aquello en lo que uno cree, "sin renunciar a nada y, a la vez, facilitar la gobernabilidad en las instituciones". El presidente de los populares vascos tiene carta blanca, incluso, para propiciar la llegada del PNV a la Alcaldía de San Sebastián y desbancar así al socialista Odón Elorza.

Rajoy, tras reiterar en varias ocasiones que "no le gusta" que Bildu haya pasado el filtro de los tribunales, lamentó que a "otros partidos políticos" sí les guste "y así lo han dicho públicamente", espetó. Durante su alocución, también puso de manifiesto que la coalición formada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba e independientes de la izquierda abertzale ya ha recibido el apoyo de Arnaldo Otegui y "el hombre de la foto", en alusión al ex preso de ETA Ander Errandonea, que nada más salir de prisión enarboló una pancarta de respaldo a la coalición.

Rajoy dijo no tener ninguna duda de que Bildu es la apuesta de la izquierda abertzale que "nunca han condenado ni a ETA ni los más de 900 asesinatos que ha cometido ETA". Pero garantizó que el PP "va a estar en su sitio" y que su partido no se desviará de su camino ante "las maniobras de ETA o sus estrategias". A su juicio, la "mentira de Bildu" ha tenido un recorrido muy corto. "Sólo ha tardado 24 horas en quedar al descubierto", remachó.

Economía

Los populares, por lo demás, reanudaron la campaña electoral con el mismo fuelle que antes del parón de 24 horas pactado por José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy en recuerdo a las víctimas de Lorca. Rajoy, tras el acto de Vitoria hizo una minigira por La Rioja, que le llevó a Santo Domingo de la Calzada, Haro y Logroño, donde ofreció un mitin ante más de 2.000 personas. Dentro de la tónica general de la campaña, el líder del PP dedicó la mayor parte de sus intervenciones a hablar de economía.

En respuesta a José Luis Rodríguez Zapatero explicó que iba a ser "un bellaco" porque él si responsabiliza al presidente del Gobierno de los mayores recortes sociales de la democracia. Se refería así al comentario del líder de socialista, quien afirmó en que había que ser "un bellaco" para culpar a su Ejecutivo de los recortes.

El líder de la oposición acusó además a Zapatero de ser incapaz de sacar al país de la crisis. Recordó que Alemania y Francia, con gobiernos de centro-derecha, crecen cinco y casi tres veces más, respectivamente, que España. Frente a estos halagüeños datos, situó a Grecia, Portugal y España, todos ellos con "gobiernos socialistas".

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