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La ONU pide más dinero para poder investigar el programa nuclear de Irán

Su presupuesto anual es de 121 millones de euros, de los que el diez por ciento se dedica en exclusiva al país persa

La ONU pide más dinero para poder investigar el programa nuclear de Irán afp

mikel ayestaran

Una semana después del «plan de acción» acordado en Ginebra entre Irán y el 5+1 -grupo formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China) junto a Alemania-, Irán dio un primer paso al invitar el 8 de diciembre a los expertos de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) a visitar la planta de Arak , a la que no tenían acceso desde 2011.

La república islámica parece no querer perder un minuto, pero el director de la AIEA, Yukiya Amano , alertó de que necesitará «tiempo» y «dinero» para poder desempeñar su tarea. La misión «precisa una cantidad importante de fondos y personal… No creo que podamos sacarla adelante sólo con nuestro presupuesto porque es muy ajustado», señaló Amano en la sede del organismo internacional en Viena.

Veinte personas

La AIEA tiene veinte personas dedicadas en exclusiva a Irán y, de ellas, entre dos y cuatro están de forma permanente trabajando sobre el terreno. Su presupuesto anual es de 121 millones de euros , de los que el diez por ciento se dedica en exclusiva al tema iraní. Las potencias que integran el 5+1 tienen en cuenta la nueva carga de trabajo para los investigadores. Por ese motivo, el enviado de Estados Unidos ante la AIEA, Joseph E. Macmanus , aseguró que «reconocemos que este trabajo será fundamental para verificar la marcha del plan de acción y por ello estamos dispuestos a respaldar de forma plena su esfuerzo». Palabras que deberían concretarse en un aumento del presupuesto en las próximas semanas. Los investigadores tienen la responsabilidad última de elaborar un informe donde aclaren de una vez el carácter civil o militar del programa atómico iraní .

El acceso a Arak, ciudad situada 250 kilómetros al oeste de Teherán, es consecuencia del último tratado entre Irán y la AIEA firmado el 11 de noviembre para mejorar el sistema de inspección de sus instalaciones y «restablecer la confianza» con el organismo internacional, bastante tocada desde la llegada de Amano en sustitución del egipcio Mohamed El Baradei .

Temen que, una vez en marcha, sirva para fabricar bombas atómicasIrán cumple su palabra y los expertos del organismo internacional tendrán antes de tres meses acceso al reactor de agua pesada de Arak; el siguiente de los lugares especificado por el acuerdo es la mina de uranio de Gchine , situada al sur del país. Arak es un lugar sensible y fue uno de los puntos en discordia durante la cumbre de Ginebra. Los iraníes construyen allí un reactor que esperan sustituya en el futuro próximo al del Centro de Investigación Nuclear de Teherán para la producción de radioisótopos para medicina y agricultura , pero en Occidente piensan que una vez en marcha también podría producir plutonio como combustible para la fabricación de bombas atómicas.

Entre las tareas pendientes para la AIEA se encontraría la visita a la base militar de Parchin , al noreste de Teherán, una solicitud que los iraníes no aceptan desde 2005. Allí se sospecha que existe una instalación subterránea secreta en la que se habrían hecho pruebas con explosivos de alta intensidad para cabezas nucleares, algo que las autoridades de la república islámica niegan rotundamente.

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