Las denuncias de racismo contra los subsaharianos en Marruecos llegan a la ONU
Un informe de una decena de organizaciones humanitarias critica el trato que el Gobierno y la Prensa del reino dispensan a los inmigrantes

Alex Touissaint era un profesor universitario congoleño con residencia legal desde hacía años en Marruecos. Murió el pasado 30 de julio después de ser empujado por un agente de Policía desde el autobús en el que estaba siendo deportado a la frontera con Argelia, según activistas locales. Ismaila Faye , un senegalés de 31 años, fue asesinado el 12 de agosto en Rabat de varias cuchilladas tras una disputa por el asiento en un autobús.
Ambas muertes son representativas del racismo que se está extendiendo en el país magrebí, entienden una decena de organizaciones humanitarias del país e internacionales que este lunes han presentado en Ginebra (Suiza) un informe ante el Comité de Derechos de los Trabajadores Migratorios (CMW) , dependiente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Además de criticar a las autoridades, el informe denuncia el papel que está jugando una parte importante de la Prensa marroquí , «abiertamente racista». Entienden que el reino asiste a una «campaña mediática y política recurrente que busca estigmatizar a los inmigrantes».
Denuncias similares quedaron reflejadas en otro informe presentado también ayer en la ciudad suiza por la influyente y batalladora Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) .
Casi al mismo tiempo el rey Mohamed VI saltaba a la palestra ayer afirmando que la inmigración en su país merece ser gestionada «de manera global y humanista, conforme al derecho internacional y en el marco de una cooperación multilateral renovada», según un comunicado de palacio hecho público por la agencia oficial Map. Lo hacía tras haber recibido el Monarca un informe sobre el asunto del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) , una institución oficial que él mismo impulsó.
El CNDH pide una nueva legislación adaptada a la situación que vive el país, en el que son habituales las denuncias por detenciones ilegales, el incumplimiento de las convenciones internacionales de las que es firmante o maltrato y expulsiones más allá de la frontera.
País de destino
El incremento de las medidas de seguridad, muchas impulsadas con fondos y doctrina de la Unión Europea , han convertido en los últimos años a Marruecos en un país de destino más que de tránsito en el camino de los emigrantes hacia el Viejo Continente. No hay cifras oficiales pero, según distintas asociaciones locales, son unos 20.000 los subsaharianos que se encuentran en el reino alauí.
El texto presentado por las ONG, entre las que se encuentra la española Caminando Fronteras , recuerda que Marruecos vive un decenio marcado por la «represión» ejercida por los cuatro Gobiernos que han venido gestionando el asunto. El informe fue hecho público durante una sesión celebrada ayer en Ginebra antes expertos de la ONU por el activista Hicham Rachidi, representante de Gadem , una organización marroquí contra el racismo. Gran parte de esa represión tiene lugar en el entorno próximo de las vallas de Ceuta y Melilla , donde los agentes marroquíes han llevado a cabo en las últimas semanas violentas redadas.
Las ONG que han preparado el informe denuncian que en los últimos años han muerto «varias decenas de personas» tras la intervención directa de las Fuerzas de Seguridad de los dos países, especialmente durante la que se conoce como crisis de las vallas del año 2005 . Recuerdan, además, que los subsaharianos son «víctimas de la violencia física y moral» también durante la última década.
Reclaman al Gobierno marroquí encuestas sobre los «dramas atroces» que han supuesto las muertes de Touissaint y Faye, que informe sobre las investigaciones y que aclare qué medidas se tomarán contra los responsables.
Hoy, la delegación oficial
Hoy será el turno de la comparecencia ante el Comité de Derechos de los Trabajadores Migratorios de la delegación oficial de Marruecos , entre cuyos miembros se encuentran el ministro de Empleo, Abdeluahed Souhail, y el director de Emigración y Control Fronterizo del Ministerio del Interior, Khalis Zerouali.
«Nuestra estrategia de seguridad va dirigida contra redes criminales. Nuestros hermanos africanos son bienvenidos pero dentro de la legalidad», declaró hace unos días Zerouali a la agencia France Presse en medio de la polvareda levantada por las acusaciones de racismo y maltrato contra los subsaharianos.
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