«Bush carece de «inteligencia contextual», que consiste en comprender el contexto en el que se ejercen el liderazgo y el poder»
Pertenece al exclusivo club de personas que, como los dioses, ponen nombre a las cosas. En el caso de Joseph S. Nye, Jr., catedrático de relaciones internacionales de la Universidad de Harvard, su
Pertenece al exclusivo club de personas que, como los dioses, ponen nombre a las cosas. En el caso de Joseph S. Nye, Jr., catedrático de relaciones internacionales de la Universidad de Harvard, su acierto -su visión- fue acuñar el concepto de "soft power" (poder suave) en 1990, noción que desarrolló en un famoso libro en 2004, "Soft power. The means to success in world politics". Nye visitó ayer Madrid, recién aterrizado de una visita al oleoducto Baku-Ceyhan que un consorcio liderado por la Unión Europea intenta construir entre Azerbaiyán y Turquía. Demócrata confeso, no oculta sus simpatías por Barack Obama -"tiene una abuela en Kenia, creció en Indonesia y estudió en Harvard, donde llegó a ser editor de la Revista de Derecho (Law Review), y para eso hay que ser muy inteligente"-.
Antes de partir para la Universidad de Oxford, donde enseña como profesor invitado en primavera, ofreció la conferencia central de un seminario sobre política exterior estadounidense organizado por el Real Instituto Elcano y el Center for Strategic and International Studies de Washington D.C. En su presentación, Bernardino León, Secretario General de la Presidencia del Gobierno, destacó la simpatía del Ejecutivo español con las ideas de Nye, y se refirió a "los valores comunes que compartimos con EE.UU. que ofrecen, después de cuatro años en que las relaciones entre los dos países se han normalizado, un campo amplio de profundización". Nye, de 71 años, compartió con la audiencia su nueva criatura conceptual -la "inteligencia contextual"-, que desarrolla en su última publicación, "The Powers to lead". Una cualidad que observa en Ronald Reagan y en Bush padre, no así en su hijo.
-¿Qué necesitan los EE.UU. en la presidencia: un demócrata o un republicano?
-Tenemos la suerte de que los dos candidatos con más opciones, John McCain y Barack Obama, son buenos candidatos. También Hillary Clinton sería una buena presidenta. De las 16 personas que comenzaron esta carrera en los dos partidos, los tres que han llegado al final son buenos líderes. No tenía tan buena impresión de algunos de los que comenzaron las primarias. Debo ser cauteloso porque mis preferencias están con los demócratas, pero creo que lo importante es que el próximo presidente sea un líder diferente a George W. Bush. Bush carece de lo que denomino "inteligencia contextual", que consiste en comprender el contexto en el que se ejercen el liderazgo y el poder. Y Bush no comprendió la situación real en la que estaban los EE.UU. No comprendió el papel del "soft power". Y cometió el error de creer que éramos tan fuertes que podíamos hacer lo que quisiéramos en Irak, y que los demás no tenían otra opción más que seguirnos. Eso no es liderazgo eficaz. El próximo presidente deberá comprender que, aunque somos la única superpotencia, no podemos controlarlo todo. Y creo que Obama lo haría mejor que McCain, y que McCain lo haría mejor que Bush.
-Como intelectual próximo a los demócratas, ¿cree que la pelea entre Obama y Clinton erosiona las posibilidades de una victoria demócrata en noviembre?
-Si siguen peleándose hasta la convención de agosto, le darán la victoria a los republicanos. Pero si Hillary se retira con generosidad después de las últimas primarias, de aquí a unas pocas semanas, el duelo no habrá sido tan negativo. Habrá servido de prueba para Obama, y le habrá hecho enfrentarse al tipo de ataques a los que se enfrentará en el otoño, por lo que será un candidato mejor.
-¿Cree que podrían presentarse en el mismo "ticket"?
-Es poco probable. Obama necesita como vicepresidente a una persona con fuertes credenciales en seguridad nacional y que sea atractivo para los electores independientes y republicanos. Deberá buscar alguien nuevo.
-Si gana un demócrata, ¿será Afganistán la guerra de los demócratas, como Irak ha sido la de los republicanos?
-La misión en Afganistán recaba un fuerte apoyo bipartidista. Fue percibida como una "guerra justa" en respuesta a un ataque contra los EE.UU. Incluso si al Gore hubiera sido elegido en 2000, habríamos tenido guerra en Afganistán. Irak, por el contrario, fue una "guerra por elección". La guerra en Afganistán será apoyada por el próximo presidente, sea del partido que sea, mientras que en el caso de Irak, un demócrata intentará salir de allí antes que un republicano.
-Al igual que Irak ha definido a esta presidencia, ¿cree que Irán definirá la siguiente?
-Espero que no. Espero que el próximo presidente sea capaz de usar una perspectiva más amplia con Irán, y de no meterse en una guerra que empantanaría su presidencia, como Irak ha empantanado la que termina en noviembre. Tendrá que aplicar el palo y la zanahoria, y utilizar la diplomacia para involucrar a otros países. Obama se ha referido a la posibilidad de negociar con Irán, por ejemplo, a diferencia de Bush
-¿Qué debería hacer el próximo presidente en la guerra de las ideas, para contrarrestar la pérdida de popularidad de EE.UU. después de episodios como Abu Ghraib o Guantánamo?
-Hay una serie de gestos simbólicos que debería hacer en el corto plazo, como cerrar Guantánamo o reiterar el apoyo a las Convenciones de Ginebra. Pero hay otras cosas. Podría demostrar su disponibilidad a asumir un papel de liderazgo en relación al cambio climático, un asunto crucial en el que EE.UU. se ha quedado atrás. Prestar más atención a los organismos multilaterales, dar más prioridad a la salud pública, al desarrollo económico. son todos asuntos con los que EE.UU. puede incrementar su poder suave. Pero no podemos olvidar que el próximo presidente estará atrapado por las cuestiones que heredará de Bush, en particular Irak.
-¿Cree entonces que EE.UU. debería unirse a la "coalición de voluntarios" en torno al Protocolo de Kioto?
-Kioto ya está pasado, la pregunta es qué es lo que viene ahora. Debe haber una concepción más amplia que incluya a India y a China. El año pasado, China se convirtió en la superpotencia en CO2: ya emite más dióxido de carbono a la atmósfera que los EE.UU., aunque ellos recuerdan que, en cifras per cápita, sólo contaminan 1/5 de lo que contaminan los EE.UU. Necesitamos un marco que incluya a estos dos países que Kioto excluía.
-Acaba de regresar de Bakú (Azerbaiyán). ¿Cómo analiza la competición entre Rusia y Occidente para abastecer de gas a Europa?
-Rusia está utilizando Gazprom como un instrumento político y no como una empresa privada. Está intentando que Gazprom compre el gas de Asia Central para que sea exportado a Europa sólo por Gazprom. Y no estoy seguro de que la gente sea consciente de que, si Rusia alcanza una posición tan dominante en el aprovisionamiento de Gas, se hace con una enorme influencia diplomática. No hablamos de comercio.
-¿Cómo ve a China: como un rival estratégico, como un poder regional aislado, como un amigo?
-El futuro de China es una de las grandes preguntas del siglo. Y lo es también para el próximo presidente de EE.UU. No creo que haya un conflicto con China. Si gestionamos bien las relaciones con este país, creo que China podría convertirse en lo que Robert Zoellick (presidente del Banco Mundial, antes número dos de Condoleezza Rice) denomina como "socio responsable".
-Socio responsable en temas como, ¿Taiwán, por ejemplo?
-Sobre Taiwán, la clave es que China no utilice la fuerza. Al hablar de socio responsable, me refiero a que cuando se hable del problema en Darfur, China piense en derechos humanos y genocidio, y no sólo en petróleo. A que cuando se hable de riesgo de proliferación nuclear en Irán, China no tenga en mente su particular interés en los hidrocarburos, sino que piense también en preservar el Tratado de No Proliferación.
-¿Asistirá usted a los Juegos Olímpicos?
-No. Pero no tiene nada que ver con China. Simplemente, creo que será una masa imposible. He estado en China muchas veces.
-¿Combatirán la UE y EE.UU. juntos en nuevas guerras en los próximos cuatro años?
-Es posible. Ya estamos luchando juntos en Afganistán, donde la Otan es un socio importante. Pero lo que haremos es darnos cuenta de que el factor legitimidad es clave. Por eso, dudo que vayamos a combatir juntos sin estar de acuerdo en que sea una guerra justa y legítima.
-Entonces, ¿la UE traerá la legitimidad y EE.UU. las tropas?
-No, no es una división del trabajo. Los dos necesitan esos dos elementos. Los europeos deben invertir más en su "poder duro" (hard power), porque podrían surgir crisis en los Balcanes o en el Cáucaso que afecten a la seguridad europea. La Otan seguirá siendo un elemento clave para que tropas estadounidenses, canadienses y europeas puedan participar juntas en operaciones de combate.
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