Juan Luis Gonzalez, director general de Orange 3
«Sin el impacto que tienen las redes sociales, no existiríamos»
La firma, localizada en Palma del Río, ha dado un paso adelante introduciendo la venta de sus naranjas a través de Internet con mucho éxito

-Su empresa lleva 80 años en el mercado. Es ahora cuando hacen una apuesta muy clara por la venta a través de Internet. ¿Por qué?
-Siempre he sentido la necesidad de hacer algo distinto con las naranjas de Palma del Río. Hay que intentar diferenciarse de algún modo, ya que aún son muchos los que creen que nuestros cítricos provienen realmente de Valencia. Todo comenzó hace dos años, cuando yo era director para España y Portugal de Goodyear. Me dio un amago de infarto y decidí irme al campo. Desde el primer momento hicimos una apuesta clara por Internet, puesto que consideramos que es un valor especial. Tras dos años podemos decir que cada vez somos más seguidos en las redes sociales y que hemos logrado cosas importantes, como que nuestras naranjas sean las elegidas por la Cátedra de Ferrán Adriá.
-¿Qué balance realiza de esa experiencia en Internet?
-Muy buena. Actualmente, ya contamos con 500 clientes que han llegado a nosotros por la vía de Internet, el 70 por ciento de ellos a través de Twitter. Sin la ayuda de las redes sociales no existiríamos. Este año hemos introducido la venta de aceite de oliva a través de nuestra web. Es un producto que se moltura en Cañete de las Torres.
-¿Por qué los cítricos mantienen unos precios tan bajos en origen?
-La naranja y el aceite de oliva se han convertido en productos reclamo en los supermercados. Los consumidores pagan entre dos y tres euros por kilo de naranjas, mientras que los agricultores apenas percibimos entre 0,18 y 0,2 euros. La gran distribución está pisoteando al productor. El problema es que los agricultores no sabemos vender ni tampoco las cooperativas han querido unirse para ser más fuertes ante la distribución, que se aprovecha de esa atomización. Además, los productores nos hemos convertido en los financiadores de estas empresas, ya que el retraso en los pagos llega hasta los 180 días, cuando la ley marca un máximo de 30.
-¿Qué previsiones tiene para la campaña que acaba de iniciarse?
-Ha habido muchas falsas noticias sobre una producción mayor a la del año pasado. Ésa no es la realidad debido a la falta de precipitaciones de los últimos meses. No obstante, esperamos unos frutos de gran calidad. Tenemos fincas en Palma del Río, Hornachuelos y Lora del Río (Sevilla). Nuestra producción llegará a los 3 ó 3,5 millones de kilos.
-¿Le preocupa la escasez de lluvias?
-Muchísimo. La falta de lluvias nos obliga a regar y eso incrementa nuestros costes. Además, las pocas precipitaciones que se han registrado este otoño también reducen el sabor característico de nuestras naranjas. En esta zona parece que no hay término medio, ya que el año pasado se alcanzaron unos niveles de lluvias muy elevados.
-¿Ha llegado la hora de que los cítricos del Bajo Guadalquivir tengan su propia denominación de origen?
-Desde que tengo uso de razón, siempre he sido un firme defensor de esa medida. Considero que es la única vía para dar salida a las naranjas del Valle del Guadalquivir y de diferenciarnos de algún modo. No sé si las nueva generaciones seremos capaces.
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