El Príncipe Alberto de Mónaco ha pasado unos días de descanso en Marbella (Málaga) en compañía de unos amigos y sin su esposa, Charlene Wittstock. Con un look muy desenfadado y de aparente buen humor, Alberto ha disfrutado de unos días de relax en la Costa del Sol. Unas jornadas en las que le ha acompañado el buen tiempo y que ha aprovechado para pasear por la playa, degustar la gastronomía típica en algunos restaurantes de la zona y jugar al golf, deporte al que es muy aficionado y que ya ha practicado en otras ocasiones en el municipio malagueño.
No es la primera vez que el príncipe hace una escapada a Marbella y en esta ocasión se le ha visto relajado y ataviado con bermudas, gorra y gafas de sol, con un aspecto que le ha permitido pasar casi desapercibido, como uno más de los miles de turistas que a diario pasean por la costa y las calles marbellís. De su visita han trascendido pocos detalles porque se trataba de un viaje privado, aunque en su estancia de ‘soltero’ se le ha visto tranquilo, tanto a solas en sus paseos a orillas del mar como con sus amigos, y disfrutando del buen clima que ha imperado en Marbella durante todo el fin de semana.
Buena parte del tiempo lo ha dedicado a jugar al golf, deporte que el príncipe practica desde hace años, y a la hora de la comida se le ha visto disfrutar de su grupo de amigos en la terraza de algunos chiringuitos.
Alberto, que la pasada semana estuvo en Bruselas de viaje oficial, ha visitado el sur de España sin Charlene, con la que contrajo matrimonio hace poco más de un año y que este fin de semana ha asistido a una fiesta en el Principado de Mónaco.
