Castrillo de la Reina recrea a «Los Siete Infantes de Lara»

La recreación de las disputas entre dos familias castellanas de finales del siglo X , protagonizadas por el hijo del noble Fernán González, Garci González, y los dueños de la Casa con sus siete descendientes, hacen volver durante unos días a los habitantes de Castrillo de la Reina (Burgos) al Medievo. Pero no sólo a los vecinos de la localidad, sino también a todos aquellos que estos días se acercan para ver la representación de ‘Los Siete Infantes de Lara’ .

Desde anoche hasta mañana domingo, a partir de las 22 horas, cuatrocientos espectadores contemplan cada día, durante cerca de dos horas, la historia medieval que el pueblo de Castrillo de la Reina lleva escenificando veinte años y que en esta edición han logrado «más o menos terminar en cuanto a escenificación, montaje, vestuario y en el propio desarrollo de la obra», explicó en declaraciones a la agencia Ical el director, Abilio Abad.

El atrio de la iglesia acoge esta obra que sale adelante con el esfuerzo de todos los vecinos, de los que unos 35 son actores que suben a las tablas, pero hay unos 60 detrás para ocuparse de todo el montaje técnico y artístico. «Son 21 años ensayando, pero tenemos que aprovechar los fines de semana también para algunas escenas o personajes que van cambiando», afirmó el director. «Siete u ocho actores llevan el peso fuerte de la representación, con escenas muy complicadas en las que, incluso, un actor profesional tendría dificultades para recrear», añadió Abad. Durante 21 años, los protagonistas han ido cambiando, «la edad y la biología no perdona», explicó el director, que lleva desde el principio al frente de la obra.

Y aunque la crisis económica afecta, la cita seguirá adelante. Las ayudas por parte de las administraciones se han reducido mucho, pero la clave, según Abad, es «gastar sólo lo que se tiene».

La obra del siglo XVI de Lope de Vega, 'El Bastardo Mudarra', sirve de base para esta representación, que cuenta una historia que nace en el seno del hogar del señor de Salas de los Infantes, Gonzalo Gustios, quien tuvo los siete hijos que dieron nombre al municipio. Durante la boda de un familiar, uno de los siete infantes mata accidentalmente a un primo de la novia, y ésta, molesta por el contratiempo, exige venganza a su marido.

El recién casado pide al señor Gonzalo Gustios que mande un mensajero al temido general árabe Almanzor, que se encontraba en Córdoba, con una nota en árabe, en la que pide que se mate al portador e indica donde puede encontrar a los hijos de Gustios, ofreciéndole la vida de éstos en señal de amistad.

Almanzor hace preso al ingenuo señor de Salas y manda a sus tropas emboscar a los siete infantes que, engañados por el vengativo esposo, son asesinados y sus cabezas son separadas de sus cuerpos para enviárselas a su padre, preso de Almanzor, que al verlas sufre tal dolor que el general árabe conmovido le libera. Durante su cautiverio, Gonzalo Gustios tiene un hijo con la hermana de Almanzor. Pasados los años, el hijo bastardo Mudarra vuelve a Castilla junto a su padre y, conociendo la historia de sus siete hermanos, los venga y mataá a Ruy Velázquez.