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China prepara el relevo en el poder sacudida por el «escándalo Bo Xilai»

Los juicios contra el ex dirigente chino y su mujer pueden mejorar las opciones reformistas en el otoño de cambios internos en el PC

China prepara el relevo en el poder sacudida por el «escándalo Bo Xilai» reuters

pablo m. díez

Tras casi una década en el poder del presidente Hu Jintao , el hermético régimen chino prepara su relevo en medio del escándalo provocado por Bo Xilai, el gerifalte del Partido Comunista purgado por corrupción y cuya esposa, Gu Kailai, será juzgada mañana jueves por el asesinato de su socio británico, Neil Heywood.

En el Congreso que el Partido celebrará en otoño, su secretario general, Hu Jintao, será sustituido por el vicepresidente Xi Jinping, quien también le sucederá como presidente del país en la Asamblea Nacional Popular prevista para marzo del próximo año. Según las normas no escritas del régimen, el viceprimer ministro Li Keqiang relevará al actual primer ministro, Wen Jiabao , pero antes hay que renovar parte de los 25 puestos del Politburó del Partido y, sobre todo, a los nueve miembros de su todopoderoso Comité Permanente, el órgano que realmente dirige el país.

Como algunos de ellos deben retirarse por su avanzada edad, las distintas facciones del Partido Comunista ya están maniobrando en la oscuridad para mantener, o incrementar, su poder. Con dicho objetivo, algunos de sus más destacados dirigentes, como el vicepresidente Xi Jinping, se han reunido en Beidaihe, la coqueta ciudad costera situada a 280 kilómetros de Pekín que popularizaron los ingenieros británicos del ferrocarril a finales del siglo XIX y que Mao Zedong eligió como refugio estival. Desde entonces, este pueblo pesquero con sabor colonial es el centro de las conspiraciones palaciegas y luchas de poder en China, que han vuelto a estallar con motivo del Congreso programado para otoño.

Arrastrar en la caída

Junto a Xi Jinping, por Beidaihe desfilan estos días algunos aspirantes al Comité Permanente, como Li Yuanchao , responsable del Departamento de Organización del Partido, y Liu Yandong , miembro del Consejo de Estado o Gobierno de China. A ellos, además, se habrían unido otros dirigentes de la época del expresidente Jiang Zemin, que sigue ostentando una considerable autoridad y cuyos aliados no quieren ver mermada su influencia. Según el diario japonés “Asahi”, la presencia de tan poderosas figuras indicaría que las distintas familias del régimen están negociando la transición en la cúpula .

Pero este proceso se ha visto enturbiado por el escándalo de corrupción que ha salpicado al depuesto secretario del Partido en la megalópolis de Chongqing, Bo Xilai, quien aspiraba a una de las plazas del Comité Permanente del Politburó. Además, su caída en desgracia ha puesto en la picota a algunos de sus más notables aliados, como Zhou Yongkang, responsable de la seguridad del país y uno de los halcones del ala dura del Partido Comunista.

Aunque, de cara a la galería, el monolítico régimen chino aparenta una unidad sin fisuras, en su seno alberga distintas corrientes enfrentadas no sólo por sus diferencias ideológicas, sino también porque el poder político está íntimamente ligado al económico en este país. Frente a las voces más aperturistas que reclaman avanzar hacia una mayor democracia y justicia social al estilo occidental, como el primer ministro Wen Jiabao, los conservadores apuestan por un modelo económico de corte neoliberal y una mayor represión para mantener la estabilidad.

Corrupción en la cumbre

“El régimen no ha podido ocultar el caso de Bo Xilai porque es uno de los mayores escándalos de China y demuestra que la corrupción llega muy alto en el Partido”, explica a ABC Wen-cheng Lin, profesor del Instituto de Estudios sobre la China continental en la Universidad Sun Yat-sen de Taiwán. A su juicio, “ha habido connivencia de Bo Xilai con otras importantes figuras del régimen consideradas conservadoras, como Zhou Yongkang, a quienes arrastrará en su caída. Como consecuencia, los socialdemócratas se verán reforzados , pero no hay que olvidar que el próximo presidente del país, Xi Jinping, guarda estrechos contactos con el expresidente Jiang Zemin y sus seguidores”.

Para que este escándalo no afecte, aún más, al relevo en el poder, mañana jueves será juzgada en Hefei (provincia de Anhui) Gu Kailai, la esposa de Bo Xilai, quien ha sido acusada de envenenar a Neil Heywood , el socio británico con el que la pareja estaba sacando de China cientos de millones de dólares de dinero negro. Tras dicho proceso, los expertos creen que Bo Xilai se sentará en el banquillo por corrupción antes del Congreso del Partido Comunista en otoño para no agravar la lucha de poder que ya se ha abierto entre sus mal avenidas familias.

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