SE DICE, SE COMENTA
Inadmisible trato a Cospedal
Un grupo de personas acosó la víspera del Corpus a la presidenta cerca de Hacienda cuando recorría las calles
La noche del pasado miércoles, la famosa víspera del Día Grande de Toledo, su Corpus Christi, la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, fue acosada y presionada de forma inadmisible por un grupo numeroso de personas que la rodeó cuando paseaba cerca del edificio de Hacienda junto a otros miembros del PP regional, entre ellos el presidente del Parlamento autónomo, Vicente Tirado. Algunos toledanos testigos de lo sucedido han expresado a este diario su sorpresa e indignación por estos lamentables hechos, mucho más inadmisibles que los pitidos o consignas coreadas a gritos por un grupo de «camisetas verdes» en la misma plaza de Zocodover durante la procesión del Corpus, con la Custodia de Arfe parada ya ante el Arco de la Sangre, o los pitidos que se escucharon en otras zonas del recorrido procesional. Porque aunque las formas no fueron las más correctas, estos últimos episodios corresponden a un comprensible estado de ánimo ante los recortes presupuestarios en sectores como el educativo que han podido dejar a personas en el paro. Pero de ahí a proferir insultos malsonantes y ejercer la violencia en gestos y actitudes, hay un abismo. Nos alegramos pues de que aquella noche no llegara la sangre al río en un incidente en el que -nos comentan- Vicente Tirado se mostró muy afectado por el trato recibido por la presidenta. No es para menos. Una cosa es protestar y ejercer el derecho a la libre expresión y otra, muy diferente, utilizar para ello las palabras soeces y, lo que es peor, la violencia. Eso, nunca.
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