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ABC Cultural

«Si de algo he pecado es de ingenuo»

El expresidente de la SGAE manda una carta a algunos miembros de la Junta Directiva despachándose a gusto con otros directivos de la entidad

«Si de algo he pecado es de ingenuo» IGNACIO GIL

SUSANA GAVIÑA

Perplejo y «desolado». Así se siente Teddy Bautista ante los sucesos desencadenados tras la entrada, el pasado 1 de julio, de la Guardia Civil a la SGAE y su imputación por varios presuntos delitos por parte del Audiencia Nacional. Hechos que se saldarón con su salida de la entidad el 12 de julio de 2011. Pero más que por estos acontecimientos, su desolación es fruto del «comportamiento de algunos compañeros de trabajo y de algunos autores». Así lo confiesa el propio Bautista en una carta remitida hace unos días a algunos miembros de la actual Junta Directiva de la SGAE, a la que ha tenido acceso ABC , y en la que se despacha a gusto.

Una carta extensa (ocho folios) que ve la luz coincidiendo con el comienzo de la campaña electoral que culminará el 26 de abril con la cita en las urnas. ¿Coincidencia? Sin embargo, su elaboración no es fruto de la calentura sino que se ha venido gestado a lo largo de los últimos nueve meses, «después de leer y releer más de trescientos documentos» (actas de Asambleas, Consejos de Dirección, Patronatos de la Fundación...). Información que le lleva a la convicción de «que mis actuaciones, todas ellas, son intachables y se han ajustado en todo momento a lo previsto en las leyes vigentes, en los Estatutos y Reglamento de la SGAE», que él mismo redactó.

En el texto habla de aquellos que le siguen apoyando, y «que no están afectados por esa repentina epidemia de amnesia que afecta a quienes han compartido conmigo TODAS las responsabilidades, por las que han recibido (y reciben) sustanciosos salarios».

Tras confesar su error, «si de algo he pecado es de ingenuo», señala con nombres y apellidos a aquellos que en su opinión urdieron un supuesto «golpe de estado» en la entidad. Y comienza a descargar sus acusaciones. Primero mencionando los «esfuerzos» del director de los servicios jurídicos, Pablo Hernández, y del secretario general de la SGAE, Franciso Galindo , para convencer «a mis próximos» — para que se unieran al «descabezamineto». Para desgranar a continuación las responsabilidades que tanto uno como otro han desempeñado en la SGAE, con el conocimiento y consentimiento, claro está, de Bautista. El expresidente no duda en mencionar la «percepción» de algunas «prestaciones económicas» por parte de Hernández a través de otra sociedad que no es la SGAE, sino Inmoconsulting Collado. «Por supuesto, todo es legal», afirma después.

Nada de Neri

De manera cronológica, Bautista va pasando revista a cada uno de los movimientos y toma de decisiones que realizó tras volver a la SGAE después de pasar dos noches en el calabozo. Nada menciona de la Operación Saga, el fraude de Microgéneis o José Luis Rodríguez Neri . Habla de decisiones tomadas en común, siempre según el expresidente, con los directivos de la entidad (Pablo, Paco, Nebreda, Trujillo, Enrique y Azcoaga): la primera, que Pablo Hernández asumiera la dirección general de la entidad, «para enviar un mensaje de autoridad y evitar la noción de vacío», justifica. Algo que este rechazó, «con el comentario de que él también podía ser imputado, lo cual no le ha impedido mantenerse en el núcleo de poder y toma de decisiones a partir de entonces», parece reprocharle. A ella se sumaron, la creación de un comité de crisis, encargar cuatro auditorías...

Bautista también menciona el papel jugado por el Ministerio de Cultura tras el escándalo, y los comentarios de González-Sinde, que le llevaron a proponer al Ministerio la «intervención» de la SGAE , algo que rechazó Sinde argumentado que era competencia de las Comunidades Autónomas, postura que le afea Bautista. «El Gobierno está para gobernar sean cuales sean las circunstancias».

También habla de su salida el 12 de julio, en una Junta «donde no dimito»; de su petición para cobrar una cantidad de dinero, «algo más de 150.000 euros netos», hasta su jubilación en abril de 2012 tras sus servicios en la entidad, en la que según los peritos «ha producido un valor añadido de más de 2.500 millones de euros»; de su infructuosa demanda por despido improcedente, y que «como es obvio la he recurrido».

«Ni un euro»

En su cruzada contra aquellos que considera desleales, señala también al actual portavoz de la SGAE, Sabino Méndez, al equipo de comunicación de la entidad, cuestiona el informe realizado por López Vilas y la Auditoria de Erns&Young. A todos les acusa de haber «adoptado un “Mantra” especulativo y desinformado que dice más o menos: “La culpa de todo lo malo la tiene Teddy”». Insiste en que no ha recibido en ocho meses «ni un euro de pensión o Seguridad Social. Ni cobro el paro», le espera en próximas fechas un talón mensual de 23.000 euros de pensión. Todo ello debido a que está «en un limbo propiciado por mis excompañeros».

Califica de «injusto» el trato recibido, pero se enorgullece de que no le faltan «buenos amigos dentro y fuera de la SGAE». Y como «síntesis» , vuelve a repartir responsabilidades: «Todo lo hemos hecho entre todos, empleados, directivos y socios miembros de los órganos directivos».

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