Airbus manda en el cielo
El gigante europeo lidera con creces el mercado de la aeronáutica civil: 1.419 aviones pedidos en 2011 frente a los 805 de Boeing, su principal competidor
Cuando la Europa política, la de las deudas soberanas y la Europa monetaria se encuentran caídas de hinojos en un campo sembrado de minas en forma de crisis, dudas e incertidumbre, la Europa del espacio, la aeronáutica y la tecnología consolida su liderazgo en la nueva geografía mundial de las industrias. Cuando la Europa política está atada al dogal de las deudas soberanas , víctimas de una nube tóxica de crisis superpuestas, Airbus ha conseguido los contratos más grandes de la historia de la aeronáutica , a través de un modelo de cooperación estatal único en su género, entre Alemania, Francia, el Reino Unido y España.
Tras la catástrofe fáustica del supersónico Concorde, Airbus nació (1970) con la ambición de competir con los gigantes norteamericanos (Boeing) en el mercado de la aeronáutica civil mundial. El duelo Airbus-Boeing ha tenido batallas épicas. 2011 ha sido el año de la victoria ¿final? del grupo europeo, imponiéndose como el gran líder mundial, con un carné de pedidos de 1.419 aviones, cuando Boeing solo tiene 805.
Aun si los pedidos pudieran ser más modestos, este año,Airbus tiene por servir a sus clientes 4.437 unidades, asegurándose de siete a ocho años de producción. En tiempos de crisis, se trata de un resultado excepcional y emblemático. La cooperación técnica europea, en un sector estratégico , se percibe como un modelo de eficacia, cuando los gobiernos de todo el continente viven como un calvario la crisis de la deuda soberana.
Las acciones de EADS (European Aeronautic Defence and Space Company) , el primer constructor de armamentos europeo, el consorcio «madre» de Airbus, con capitales estatales alemanes, franceses, ingleses y españoles, ha crecido en más de un 38 por ciento las últimas semanas, cuando los gobiernos europeos viven angustiados por la degradación de su cota internacional, víctimas de su gestión política del endeudamiento. Se trata de un «contra-modelo»: los grandes técnicos europeos son capaces de unirse y crear «productos» que triunfan en los mercados mundiales (armas, aeronáutica), cuando los políticos llevan dos años sin articular una respuesta definitiva contra las distintas crisis que asfixian la construcción política de Europa.
Con más de 70 centros de producción en varios continentes, en los que trabajan más de 110.000 hombres y mujeres (alemanes, franceses, ingleses, españoles, entre otros), embarcados en un gran proyecto industrial común, Airbus también es un modelo económico, empresarial, tecnológico y laboral : unidos, los europeos son capaces de conquistar posiciones estelares en la nueva geografía mundial del poder.
Modelo de cooperación técnica continental, Airbus triunfa allí donde los nacionalismos europeos son una grave hipoteca colectiva. Alemania, Francia, el Reino Unido y España son o pueden ser líderes mundiales en muchos sectores. Pero, con frecuencia, la «balcanización» industrial y empresarial es un lastre insalvable para las economías nacionales europeas. EADS y Airbus confirman que la puesta en común de capitales, tecnologías y mano de obra especializada puede permitir a empresas o proyectos europeos conquistar el liderazgo perdido en muchos terrenos.
Aquí y allá, en Alemania, Francia, el Reino Unido y España, el fantasma de la desertización industrial es un doble desafío: hundidas las viejas factorías, crecen el paro y el desarraigo; a escala meramente nacional, nadie podrá desafiar a los «tigres» de las nuevas grandes potencias emergentes. Airbus parece sugerir que la creación de grandes proyectos comunes, entre varios estados o grupos europeos, quizá sea la única respuesta para conquistar o conservar la influencia en las industrias.
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