EE.UU. completa su retirada de Irak
Los soldados se van antes del plazo final, pero quedarán 15.000 civiles en el país
En apenas 72 horas los 4.000 soldados estadounidenses que quedaban en Irak completaron su salida. Los últimos 500 lo hicieron ayer a las 7.38 de la mañana a bordo de una columna de 110 vehículos blindados procedentes de la base de Camp Adder, 300 kilómetros al sur de Bagdad, con destino Kuwait. Las fuerzas de EE.UU. se fueron en silencio y sin apenas cámaras, nada que ver con el bombardeo sobre Bagdad seguido en directo que abrió la guerra la noche del 20 de marzo de 2003.
Barack Obama cumple una de sus promesas electorales y cierra una guerra de nueve años dejando atrás un país arrasado en manos de una muy frágil democracia. Un país donde no tienen tan claro el final de la invasión y por eso el portavoz del parlamento alzó la voz para criticar la «ilógica» presencia de 15.000 empleados en la Embajada de EE.UU. en Bagdad.
El Irak «libre, soberano e independiente», según la definición del secretario de Defensa, Leon Panetta, en la ceremonia de arriada de la bandera del jueves, empieza una nueva etapa marcada por las heridas abiertas que deja una ocupación de casi una década. Mientras los norteamericanos concluían el enorme trabajo de logística que ha supuesto sacar todo el material y desmontar las bases donde llegó a haber 170.000 hombres, la tensión entre las fuerzas políticas del país crecía hasta desembocar el sábado en la retirada del parlamento de los diputados de Iraqiya, la fuerza más votada en los últimos comicios. Se fueron para mostrar su descontento con la forma de gobernar del primer ministro, Nuri al-Maliki, abriendo la enésima crisis política del joven sistema iraquí.
Con la salida de los norteamericanos llega el momento de que los iraquíes decidan el modelo de país que quieren. La puerta al federalismo la abrieron los kurdos con la creación de su región autónoma, que actúa desde 2003 como un estado dentro del estado. En los últimos meses diferentes líderes locales de provincias como Salahadín o Diyala han pedido celebrar los necesarios referéndum para instaurar nuevas regiones federales, un movimiento por parte de zonas de mayoría suní que se sienten discriminadas por un gobierno central en manos de la mayoría chií.
Recuperación del petróleo
Una de las herencias positivas de los últimos nueve años es la progresiva recuperación de la producción petrolera. El oro negro vuelve a brotar del subsuelo iraquí lo que supone también todo un reto para una de las administraciones más corruptas del mundo.
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