Tráfico baraja cerrar la A-2 en plena Operación de Semana Santa
Por las eternas obras de reforma, prevé restringir la circulación e incluso prohibirla del todo entre Calatayud y Zaragoza
El lamentable estado que presenta la autovía A-2 (Madrid-Zaragoza), por las obras de reforma en las que está empantanada desde hace años, puede obligar a cerrarla coincidiendo con las operaciones «salida» y «retorno» de las vacaciones de Semana Santa. Así lo anunció ayer la Dirección General de Tráfico para que los conductores, si se encuentran con la autovía cortada, no se sorprendan. La situación de precariedad es tal que, veinticuatro horas antes de que se inicie la operación salida de Semana Santa —arranca hoy a mediodía—, Tráfico ni siquiera tenía claro qué va a ocurrir exactamente. Dependerá de que las frecuentes retenciones en los tramos en obras lleguen a ser disparatadas o no. Y como el Ministerio del Interior no lo tiene del todo claro, ante un posible colapso se curaba ayer en salud enviando un comunicado en el que advertía que, por las obras, «podrán establecerse restricciones de paso a vehículos pesados e, incluso, a todos los vehículos si las condiciones del tráfico lo hiciesen necesario».
Noticias relacionadas
Las autoridades son conscientes de que circular por la A-2 en los casi cien kilómetros que hay entre Calatayud y Zaragoza es un tormento incluso peligroso. De hecho, ya ha habido fines de semana en los que agentes de la Guardia Civil han tenido que ordenar el tráfico en plena autovía.
Un rodeo de 40 kilómetros
Las retenciones son habituales cualquier viernes o domingo, así que en la operación salida y retorno de Semana Santa este trazado se puede convertir en una ratonera para los conductores. Por eso, el mismo comunicado emitido ayer por Tráfico ya dio la ruta alternativa si se corta la A-2 entre Calatayud y Zaragoza. Los vehículos serán desviados a la A-23 (Zaragoza-Valencia). En ese caso, quienes circulen de Madrid a Zaragoza o Barcelona tendrán que dejar la A-2 en Calatayud, ir por la N-234 hasta Daroca y, allí, tomar la A-23 hasta Zaragoza. Y la misma ruta, pero a la inversa, si circulan de Zaragoza hacia Madrid. Eso obliga a dar un rodeo de unos 40 kilómetros y alarga la duración del viaje en más de media hora.
Este tramo de la A-2 se encuentra totalmente en precario por unas obras que se eternizan. Hay zonas cuyo asfalto se ha levantado en dos ocasiones en los últimos cuatro años. En decenas de kilómetros, las obras han «borrado» la autovía y los vehículos deben circular en doble sentido, como en una carretera convencional. Pone a prueba la paciencia y la precaución de los conductores.
La reforma de la A-2 entre Calatayud y Zaragoza la adjudicó el Ministerio de Fomento a finales de 2007.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete