«Los ciudadanos deben pagar parte de los servicios básicos»
Defiende delante de Rajoy y Aguirre que se adopten medidas «muy valientes» para financiar la sanidad
El presidente de la Comunidad murciana, Ramón Luis Valcárcel, trajo ayer al primer plano político un controvertido debate que soslayan no pocos dirigentes políticos aunque esté en la mente de muchos: la posibilidad de que los ciudadanos participen directamente de los costes del gasto sanitario y educativo, que son los que consumen la mayor parte del presupuesto autonómico.
En los Desayunos Autonómicos organizados por ABC, Valcárcel defendió en presencia de su jefe de filas, Mariano Rajoy, y de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la necesidad de tomar «medidas muy valientes» para financiar servicios como la sanidad o la educación, que sean producto de una «reunión responsable de todos los partidos al objeto de decidir cómo pagamos lo que hay que pagar».
Valcárcel, que respondía así a una pregunta formulada por el ex director de ABC Ángel Expósito, fue interpelado por éste para que concretara a qué «medidas valientes» se refería. «Los servicios básicos no pueden ser soportados sólo por el presupuesto de una región o de una Nación. Es necesario plantear que los ciudadanos también tengan que asumir parte de estos costes, en el porcentaje que sea», respondió el presidente murciano consciente de que sus palabras pueden resultar difíciles de digerir en plena precampaña electoral.
Debate abierto
Es verdad que no citó la palabra copago, sí la de «céntimo sanitario», que ya aplican algunas autonomías incluida la suya, pero de sus palabras dejó entrever lo primero por tratarse de una cuestión controvertida que ya planteó abiertamente en distintas ocasiones el tripartito catalán, encabezado por el PSC. El Gobierno central también estudió en mayo pasado aplicar este impuesto, según reconoció la entonces ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez. Eso no ha sido óbice para que desde el PSOE su secretaria de Bienestar, Marisol Pérez, exhortara a Rajoy a aclarar si está o no de acuerdo con esta propuesta, al tiempo que acusó a Valcárcel de promover una «reducción de derechos del Estado de Bienestar».
Lo cierto es que la propuesta pilló con el pie cambiado a la dirección nacional del PP, que no tiene intención de incluir una medida de este calado en su programa-marco para las elecciones autonómicas, según indicaron fuentes populares a ABC y, más tarde, confirmó la secretaria de políticas sociales, Ana Pastor, quien, en declaraciones a Efe aseguró que el PP está «en contra» del copago, que «ni ha llevado, ni lleva ni llevará en sus programas electorales».
No obstante, Génova encargó a FAES un estudio sobre la racionalización de la Sanidad, con especial atención al gasto farmacéutico, que verá la luz después del verano.
Ante el revuelo causado, el Gobierno de Murcia emitió a última hora de la tarde un comunicado en el que aseguraba que Valcárcel «nunca se ha referido al copago para financiar la Sanidad, sino a otras fórmulas de participación de los ciudadanos». «No podemos gastar más de lo que tenemos. ¿A quién dejamos fuera de la sanidad, de la educación o de la dependencia?», se preguntó Valcárcel en el desayuno para criticar a continuación la tendencia del Ejecutivo del «yo invito y tú pagas».
Fortísima crisis
Inmersa además la Comunidad de Murcia en una fortísima crisis económica, que obligó al Ejecutivo regional a aprobar en diciembre un duro plan de ajuste, Valcárcel aseguró que «nunca se cayó en la tentación del despilfarro y de la autocomplacencia» incluso en los momentos de mayor crecimiento económico. Ahora pide de Moncloa que genere las condiciones para poder poder retomar la senda de la recuperación. Él, por su parte, dijo tener claras las ideas, principios y modelos de gestión para intentar el despegue de una Comunidad azotada por la crisis. «Tenemos que ofrecer las herramientas para que la confianza vuelva a los mercados», preconizó el presidente autonómico al tiempo que reclamó un Gobierno «con credibilidad, sentido común, que gobierne para todos y evite el sectarismo».
Valcárcel rechazó, por otro lado, que el debate sobre nuestro modelo de Estado deba traducirse en una reversión de competencias a la administración central. Defendió para este capítulo «un gran pacto nacional» donde se aborden cuestiones como el déficit cero o un modelo estable y duradero de financiación que permita «reordenar este espacio de caos».
Tras recordar que fue su partido el primero en plantear la necesidad de reflexionar sobre el funcionamiento y la viabilidad del estado autonómico, señaló que «en tiempos de crisis hemos visto que el barco comenzaba a agrietarse», todo ello frente a un PSOE que ha denostado la posición del PP, dijo, para «tratar de ocultar sus vergüenzas por un sistema que hace regiones de primera y segunda categoría».
No fue la única queja que el presidente murciano formuló contra el Ejecutivo socialista. Denunció el «agravio y la injusticia» con que, a su juicio, Zapatero «nos viene penalizando», situación que arrancó con la derogación del Plan Hidrológico Nacional (PHN). Desde entonces, comentó que los socialistas están en la estrategia de «cuanto peor, mejor» al tiempo que les acusó, «en su mezquindad», de «echar arena» contra los proyectos que benefician a la región.
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