TRIBUNA ABIERTA
Las lenguas como muestra de integración
De nada sirve que un inmigrante tenga un perfecto catalán, como pretende Artur Mas, si no respeta nuestras normas de convivencia
En la precampaña de las elecciones municipales, en los encuentros que ya he mantenido con diversos colectivos profesionales, siempre me plantean preguntas sobre la inmigración. Ayer, en el Colegio de Abogados de Barcelona, fueron varias las cuestiones acerca de la inmigración que me preguntaron algunos compañeros de la abogacía. Entre ellas, qué me parecía la propuesta de la Generalitat para que el conocimiento del catalán sea determinante para obtener los papeles. Considero que el aprendizaje de las lenguas oficiales de Cataluña, tanto el catalán como el castellano, son una muestra de respeto, pero más importante son los valores y las normas de convivencia.
De nada sirve que un inmigrante tenga un perfecto catalán, como pretende Artur Mas, si no respeta nuestras normas de convivencia. Según la propuesta de la Generalitat, un musulmán con un perfecto catalán tendría ventajas para obtener o renovar sus papeles, sin detenerse a comprobar si discrimina a una mujer o no respeta su libertad y sus derechos. Barcelona siempre ha sido una ciudad de acogida y de integración, pero nuestra sociedad es tan acogedora como exigente. Lo mismo que se nos pide a los de aquí es de imprescindible cumplimiento para quienes vienen de fuera. Los deberes y derechos son para todos.
Por ello, nuestro objetivo es que la inmigración sea legal y ordenada. Es necesario que quienes vienen de fuera se integren en nuestro sistema de valores y de convivencia, sin ningún tipo de excepción. De este modo evitaremos que los barrios se fragmenten por motivos étnicos, culturales o religiosos. También la integración y la convivencia evitan la aparición de guetos.
Es necesario garantizar que algunos barrios de Barcelona puedan convertirse en guetos. Existe el riesgo de que suceda en barrios como el Raval o el Poble Sec, donde cada día que pasa el porcentaje de inmigrantes de una misma etnia, religión o nacionalidad va prefigurando ese perfil de gueto. La consecuencia es que se expulsa o se fuerza la marcha no deseada de los vecinos de siempre. De qué nos sirve que en ese gueto se haya logrado la integración lingüística si no se ha conseguido la integración en nuestro sistema de valores y convivencia.
Hay que fortalecer, por lo tanto, los mecanismos para luchar contra la inmigración ilegal y contra las mafias que se aprovechan de ella. En este sentido, es necesario incrementar las inspecciones para detectar aquellas viviendas que no reúnen las condiciones necesarias de habitabilidad y van contra la dignidad humana, como sucede con los pisos patera. No debemos dejar sin respuesta y mucho menos sin solución aquellos problemas que los ciudadanos plantean acerca de la inmigración.
Alberto Fernández es presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona
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