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Griñán cambia el nombre a los parados por el de «oferentes de empleo»

Quiere dar una formación a los desempleados para que decidan después «qué quieren hacer»

J. M.

Si la realidad no te gusta, no luches para modificarla, cámbiale el nombre. Algo así ha debido pensar el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, que quiere transformar a los parados andaluces —que suman más de un millón— en «oferentes de empleo», lo que vincula a una reforma del Servicio Andaluz de Empleo (SAE), para que, según añadió, «sirva para pasar del perfil actual de demandante de empleo al de oferente de empleo».

En un curioso juego de palabras, Griñán justificó la elección de este vocablo en una cuestión conceptual, con el objetivo de distinguirlo de los tradicionales términos que definen a los que no tienen trabajo, algunos coloquiales como «parados» y otros, más formales, como «desempleados» o «demandantes de empleo». El matiz es importante, según argumentó el presidente de la Junta de Andalucía, la región que más paro suma de toda España, ya que un «oferente de empleo» hace referencia, dijo, a gente que «con buena formación determinan qué quieren hacer» y, de esta forma, ofrecer servicios que puedan traducirse en demanda.

Para la consecución de este nuevo perfil de «oferente de empleo», el presidente citó como pieza clave la renovación del SAE, que, según dijo, «debe decir al oferente de empleo “dígame usted lo que sabe hacer, y si eso no es válido para el mercado laboral, le daremos formación para que consiga un trabajo”, bien como autónomo, como emprendedor, como empresario o como trabajador por cuenta ajena».

«Recibir la cartita»

El planteamiento del sucesor de Manuel Chaves pone el acento, más que sobre cualquier otra cuestión, en el trabajo autónomo, ya que ese parece ser el fin del proceso. «No podemos tener un Servicio Andaluz de Empleo que lo único que haga sea recibir la cartita de lo que cada uno sabe hacer y demanda un empleo, sino que se convierta en un oferente de empleo y que lo que sepa hacer lo va a ofrecer y si lo que ofrece no vale, ese “oferente” hará la formación suficiente para que tenga una oferta de empleo», aseguró.

De esta forma, el parado de nueva denominación podrá salir al mercado laboral bien como trabajador por cuenta ajena o por cuenta propia, aunque si antes «se vinculaba al autónomo con el comercio o con actividades empresariales ligadas a grandes y pequeñas empresas industriales, ahora y en el futuro el trabajo por cuenta ajena o por cuenta propia y ambos trabajos, por cuenta propia y ajena, estarán cada vez más cerca», explicó Griñán de manera harto enrevesada.

Así, «la única diferencia que tendrán los trabajadores autónomos y por cuenta ajena será que el autónomo será responsable de relacionarse con el cliente», concluyó.

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