La Armada, de saldo

ES evidente que la crisis económica obliga a realizar recortes presupuestarios en todos los departamentos ministeriales. Sin embargo, la situación en Defensa resulta insostenible, porque ya, en ejercicios anteriores, las Fuerzas Armadas sufrieron las consecuencias de un planteamiento ideológico trasnochado que considera «progresista» la reducción del gasto militar. A causa de tantos disparates acumulados, la Armada se enfrenta ahora al mayor reto de los últimos tiempos, puesto que la falta de recursos podría impedir la operatividad de múltiples unidades. De hecho, según informa hoy ABC, el Ministerio ha colocado en el mercado determinados buques con la intención de conseguir algunos fondos y de ahorrar gastos de mantenimiento. Hay otros datos que son también muy preocupantes; por ejemplo, que sólo uno de los cuatro submarinos existentes está actualmente operativo. No hay demanda de nuevos buques a los astilleros, si bien estos están entregando todavía los encargos realizados en la etapa del PP. La incertidumbre reina en todos los niveles y nadie puede garantizar -al margen del recurrente voluntarismo gubernamental- que nuestros marinos estén en condiciones de desarrollar a medio plazo las misiones que les sean encomendadas por culpa de la falta de impulso político y de la situación bajo mínimos en sus recursos materiales.

Así no se puede continuar. Carme Chacón debería hacer valer el supuesto peso político que se le atribuye en el Consejo de Ministros antes de que se consuma la falta de operatividad de las unidades a su cargo. Con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, el jefe del Estado Mayor de la Defensa manifestaba que, como servidores públicos, los militares procuran «hacer más con menos». Este loable esfuerzo de austeridad y eficiencia en el gasto puede llegar a ser imposible si faltan los elementos imprescindibles para desarrollar sus actividades. El Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire cumplen de forma ejemplar las funciones que les atribuyen la Constitución y las leyes. En especial, han sabido dar la talla en las misiones exteriores, demostrando que están a la altura de los mejores Ejércitos del mundo. Por ello, el Gobierno debe actuar con urgencia para evitar un colapso anunciado.