Chapuzón final en Cibeles

Guillermina Baeza y Dolores Cortés han clausurado la 50ª edición de Cibeles Madrid Fashion Week con dos colecciones de baño, una iniciativa muy refrescante para el final de la pasarela.

Guillermina Baeza ha presentado sus propuestas para la Primavera/Verano 2010 con una colección inspirada en los años 20. Los tocados de las modelos, a modo de bandeau con pluma y pasamanería, y la líneas, relajadas y suaves, recuerdan aquella época de cuando la mujer se liberó de las formas rígidas. Transparencias, sofisticación, incrustaciones de cristales, espaldas muy elaboradas, con asimetrías e importantes escotes hacen dan ese toque de diva que perseguía la diseñadora. Juegos de texturas, plisados, rayas marineras, cuadros vichy brillantes y lunares… todo sirve para adornar el baño femenino. El bañador pisa fuerte, la tiranía del bikini ya se terminó, algo que constatamos en el siguiente desfile, el de Dolores Cortés.

El segundo desfile partía de una idea muy sencilla: materiales básicos que se enriquecen en su tratamiento. La propia Dolores Cortés nos aseguraba antes del pase que su intención es conseguir la máxima belleza partiendo de cosas básicas. Hacer del petito feo un precioso cisne. Vamos, reutilizar y reciclar para sublimar las prendas. “Lo bello no tiene por qué ser siempre valioso”, dice Cortés, “lo valioso viene con nuestro trabajo”. Conchas, botones y cuentas, todo tiene una vida anterior. Los bikinis, con un diseño muy elaborado, parten de tiras de bañadores, y sin embargo se ven como un interesante juego de contrastes. Vamos, made in Cortés a mano. Los tonos siguen esta línea “eco”: terracotas, negros y púrpuras.

Con estas dos colecciones se cierra el telón de la Pasarela Cibeles. Una edición redonda, a saber por su 50ª celebración, sus 25 años en activo, el retorno de dos grandes (Adolfo Domínguez y Roberto Verino) y el homenaje a Elio Berhanyer. Una sola pega: el sonido, que ha fallado de principio a fin, desafinando la buena sintonía de la moda española.