Tiempo de preparación: 60 minutos para cuatro personas
PREPARACIÓN
Lava las almejas y quita sus impurezas: ponlas en el fondo de una cazuela y añade el vino. Tapa y arrima a fuego fuerte hasta que las almejas se abran. Escúrrelas, cuela el jugo y resérvalo. Retira la carne de las almejas y desecha las conchas. En la misma cazuela enjuagada y limpia echa el caldo y las vainas de los guisantes y ponla al fuego hasta que arranque el hervor. Añade entonces el jugo reservado, tapa la cazuela, apaga el fuego y deja que repose unos 20 minutos para que pille el gusto.
ACABADO
Pasados, cuela y arrímalo de nuevo al fuego en la misma cazuela enjuagada. Según hierva, agrega los guisantes desgranados y la mantequilla. Vuelto de nuevo el hervor, vierte toda la mezcla en el vaso de una batidora con el perifollo fresco deshojado, la nata líquida y la carne de las almejas, y acciona la máxima potencia para lograr una sopa muy verde con mucho sabor. Rectifica la sazón. Puedes servirla caliente, tibia o fría. Reúne en un bol la nata montada muy fría con el rábano y las huevas de salmón y, con una lengua, mezcla con delicadeza hasta lograr un chantillí esponjoso. Pimiéntalo. Coloca unas nubes de chantillí sobre la crema de guisantes y esparce cebollino picado.
Para que la sopa quede más ligada o con más cuerpo, al batirla puedes añadir unos copos de puré de patata deshidratados.