La franja costera de Lugo, frente al Cantábrico, conocida como La Mariña, es tan atractiva como poco conocida. Localidades como Mondoñedo y Viveiro, con su gran riqueza monumental, fábricas de cerámica como la renombrada de Sargadelos y fértiles huertas donde se cultivan productos como las
célebres fabas de Lourenzá. Pero la gran riqueza de esta comarca gallega está en el mar que la baña, rico en mariscos y pescados. Entre ellos, dos protagonistas: el bonito y la merluza.
El primero durante la temporada estival, con el puerto de Burela como epicentro. La segunda tiene allí nombre propio: la cotizada merluza de pincho de Celeiro. Junto a estos puertos, a lo largo de la costa que se extiende entre Ribadeo y Viveiro encontramos un rosario de otros más pequeños en los que abundan pequeñas tascas y casas de comidas que cocinan la riqueza del Cantábrico. Por lo general establecimientos de oferta tradicional y sencilla, con raciones generosas. La más completa propuesta gastronómica está en Ribadeo, con notables comedores como El Oviedo, La Solana y San Miguel, y buenas pulperías como El Taller.
Sin embargo, el gran restaurante de La Mariña es Nito, en las afueras de Viveiro. Producto de categoría, cocina tradicional perfectamente actualizada, excepcional bodega, acogedoras instalaciones y unas vistas de lujo sobre la ría desde su terraza son las claves de esta casa. Imprescindibles los mariscos del día, el salpicón de bogavante o los calamares en su tinta. Y la leche frita.