Moby Dick en Indonesia
Moby Dick en Indonesia
Para cazar el cachalote, el arponero salta y clava el arpón sobre el animal con todo el peso de su cuerpo. Los pescadores de Lamalera están exentos de la prohibición de caza de ballenas bajo la cláusula que permite a las comunidades aborígenes continuar con prácticas tradicionales.
Los balleneros se preparan para terminar la faena ante un cachalote al que ya han arponeado. La persecución puede durar horas. Sus barcos están hechos con madera, que se vuelve a reutilizar cada vez que una ballena convierte la embarcación en pedazos. Un buen cazador matará entre 80 y 100 animales a lo largo de su vida.
Desde muy pequeños, los niños juegan imitando los movimientos de sus mayores para convertirse en 'varilargueros' del mar. De esta antiquísima práctica depende la subsistencia de los 2000 habitantes de la comunidad.
En Lembata, los pescadores son tratados con mucho respeto y cumplen un estricto código de conducta que incluye normas como abstenerse de mantener relaciones sexuales durante los seis meses que dura la temporada de caza.
Según la tradición local, los habitantes de la costa abastecen a sus vecinos de la montaña con el alimento del mar. Intercambian el pescado por frutas o verduras. La carne de la ballena nunca se comercia fuera de la isla de Lembata.
La carne y la piel de la ballena se dejan secar con el propósito de extraer su grasa. Los huesos se calcinan y se utilizan en la construcción mezclándolos con otros materiales. Una parte de la grasa se conserva en salazón. Las barbas y los dientes se usan para fabricar pequeños accesorios como anillos.
Frente al mar, un sacerdote católico oficia una misa que marca el comienzo de la temporada de pesca en mayo. Una vez en el agua, los balleneros se detienen a rezar, mientras el arponero rocía a la tripulación con agua bendita en una ceremonia de purificación. A bordo están prohibidas las disputas y hasta decir palabras malsonantes.