La filosofía de Dani Rovira que todos deberíamos aplicar para ser felices: «La vida es un milagro»

El actor Dani Rovira es una de esas personas que, sin conocerla personalmente, amasa una cantidad ingente de fans y seguidores por el buen rollo que emana. El malagueño ha dado muestras de esa actitud en la vida en cientos de ocasiones, tanto en sus comienzos en el mundo del la comedia y del cine, como afrontando una enfermedad gran grave como en cáncer. Tras superar este trance, del que habló con total naturalidad desde el principio, «la vida se torna en un cristal de colores muchos más chulos», aseguró en una ocasión el andaluz.

El año 2020 fue realmente complicado para el actor, ya que en pleno parón mundial por la pandemia de Covid-19 tuvo que enfrentarse a un linfoma de Hodgkin, que le fue detectado al final de mes de marzo tras varios meses «arrastrando cierto cansancio y malestar».

Tras esto, su recuperación supuso una auténtica inyección de energía y autoestima para el malagueño, animado también por sus nuevos proyectos profesionales. De hecho, la primera película que Dani Rovira rodó tras volver al trabajo fue 'Mediterráneo', aunque temió no llegar a tiempo para hacerla. En unas declaraciones aseguró temer incluso no recuperarse nunca y no llegar a hacer ni esa película ni nada más. Porque durante una enfermad como esa pasó: «por todos los sentimientos que hay en el diccionario».

Desde entonces, el malagueño suele soltar píldoras positivas y compartir enseñanzas que él aprende o siente en sus redes sociales en cada oportunidad que tiene. Y no lo hace para conseguir likes, como ya nos hicimos eco en una ocasión, sino porque su personalidad le lleva a lanzar esas reflexiones con sus seguidores, ya que sabe el bien que hace con este gesto.

La última de ellas, que atesora más de 100.000 me gustas en la red social Instagram, la ha compartido desde un viaje que recientemente ha realizado a Jerusalén junto a la siguiente fotografía:

«Viajen. Viajen siempre que puedan. Sea lejos o sea a la vuelta de la esquina. Para entender, para aprender y desaprender, para valorar, para abrir la mente, para conocer, para difuminar nuestras fronteras cerebrales, para alejarnos de los fundamentalismos, para agrandar nuestra patria interior. Y porque la vida es un milagro. Sería una pena malgastarla por no querer salir de nuestras cuatro paredes mentales».