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Una segunda oportunidad para 'La Moderna': una mañana en el rodaje del otro serial de época de TVE

ABC visita la grabación de la serie diaria que produce Boomerang TV y emite La 1 de lunes a viernes en la sobremesa (16.30) como entremés de 'La Promesa'

Avance semanal de 'La Moderna' del 12 al 16 de febrero: un padre con amnesia, un inesperado acercamiento y un cadáver

La actriz de 'Amar es para siempre' que ha fichado por 'La Moderna' en TVE

José Luis García Pérez, Stéphanie Magnin, Helena Ezquerro y Almagro San Miguel son protagonistas de 'La Moderna', serial de época que emite La 1 de lunes a viernes en la sobremesa (16.30) jorgE gonzález navarro / vÍDEO: nEREA bALINOT
Óscar Rus

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Hay un par de zapatos negros de tacón, dispuestos en el suelo, al lado de una jardinera, en plena galería comercial de 'La Moderna', el serial ambientado en Madrid durante los años treinta. Producen TVE y Boomerang TV. Se emite desde septiembre en La 1 de lunes a viernes (16.30).

La dueña del calzado es Teresa, encargada del salón de té donde transcurre gran parte de la acción; su intérprete es Sara Rivero, que ensaya en plató, en una nave industrial de Boadilla del Monte (Comunidad de Madrid), con uniforme de época y deportivas actuales. Cada maestrillo tiene su librillo. Su compañera de reparto, Bàrbara Mestanza (Trini en la ficción), lleva pantuflas con el emoticono de una cara sonriente: «¡Qué frío que tengo!».

Es mediodía. Se acabó el almuerzo, el último repaso al guion, al sol. Una es la jefa, más formal; la otra, la subordinada, más alegre. Mujer con mujer. Están acercando posturas. El personaje de Cañete (Carlos Librado) parece tener la culpa... Sara Rivero, protagonista hace diez años de 'Amar es para siempre', sabe que no hay tiempo para la improvisación, pero quiere probar.

—¿Cómo nos tocaríamos?

—Ahí ella simplemente recibe. Rapidito, pero cercano.

Sara Rivero y Bàrbara Mestanza interpretan a Teresa y Trini en 'La Moderna' RTVE

Quien responde es Isaac Cantero, uno de los directores de 'La Moderna', cuya segunda temporada, de un total de 116 episodios, acaba de empezar a grabarse. Vuelve Manuel Bandera como Fabio del Moral, un diplomático metido a política, igual de malagueño y escayolado (se cayó de un caballo) que su intérprete. Él sabe lo que es una serie diaria: 'Amar en tiempos revueltos', 'Bandolera', 'Acacias 38'...

Doce guionistas son en 'La Moderna'. Diez compañeros de peluquería. Antes del ensayo en plató, los intérpretes hacen una lectura de guion entre bambalinas. Están sentados. Después, Sara Rivero, Bàrbara Mestanza y el tercero en discordia, Llorenç González (Miguel en la ficción), clavan la primera y larga toma.

Una figurante –Antonia Delgado, auxiliar de enfermería, extra fija de 'Acacias 38'– aplaude el buen hacer de los actores. «Sin figuración no hay acción. Nosotros somos el último escalafón», reclama. Se hace un dinerillo, pero es un oficio precario. Minutos antes habla con otros compañeros de figuración, Raquel Corrales (administrativa) y Juan Aguilar (escritor), sobre 'Secretos de libertad' (Antena 3), el reemplazo de 'Amar es para siempre'.

El equipo tras las cámaras se ríe. Bàrbara Mestanza ('Mercado central', 'Amar es para siempre') y Llorenç González ('Gran Hotel', 'Velvet') interpretan a un pizpireto matrimonio cuyo secreto es precisamente que están casados, pues ella quiere continuar trabajando como camarera en el salón de té.

He ahí la esencia de 'La Moderna', adaptación de 'Tea Rooms. Mujeres obreras', escrita por Luisa Carnés y publicada en 1934. Imaginen el revuelo, la reivindicación. Su actriz protagonista, Helena Ezquerro (Logroño, 1977), leyó 'Tea Rooms' una vez la contrataron para 'La Moderna'. Nunca había oído hablar sobre su autora, también periodista, exiliada tras la Guerra Civil. Quizás por eso –se pregunta la intérprete–, sus novelas llegaron más tarde.

Ella recomienda su lectura en los colegios: «Está contando cosas muy duras sobre la situación de las mujeres obreras en esa época, pero con una belleza que cuando paras te das cuenta de lo que has leído. Me impactó cada una de las pequeñas y grandes y terribles y duras situaciones de estas mujeres que no tenían derechos ni libertades». Ezquerro, a veces, se cree Luisa Carnés. Es su mejor embajadora. Para trabajar el personaje de Matilde, leyó otras novelas, vio películas de los años treinta… y habló con su abuela.

Helena Ezquerro interpreta a Matilde, la protagonista de 'La Moderna' RTVE

No fue fácil el trasvase, reconoce su coordinador de guion, Joaquín Santamaría, durante la visita de ABC al rodaje de 'La Moderna', en dos naves industriales, con dos equipos en marcha a la vez, a principios de febrero. Graban de lunes a viernes, de ocho de la mañana a siete de la tarde. En el interior, en los estantes de las casas, hay novelas de todo tipo y tiempo. Una figurante porta 'El juego del alma' (2021), de Javier Castillo. Un gazapo. Hay también periódicos de la época; la fecha, 14 de octubre de 1930. Y exteriores, como los Jardines de Sabatini, El Retiro y el Madrid de los Austria. La cabecera se grabó en Canalejas, en agosto, a las cinco de la mañana.

En la novela, por ejemplo, la familia de la titular existe, pero no interviene. Aquí sí salen la sufrida madre, a la que interpreta Miryam Gallego, y el resto de hermanos. Hay vida, en pantalla, más allá del salón de té, como la corrala donde viven estos personajes. «El otro giro que tuvimos que dar –aportación nuestra– fue la historia de amor, el triángulo pasional entre nuestros protagonistas», explica Santamaría, también guionista de 'Entre tierras' (Antena 3).

Porque Matilde, la pobre heroína, se ennovia con Íñigo (Almagro San Miguel), gente de bien. No había galán en la fuente original. «Se ha metido por el camino», bromea Helena Ezquerro. ¿Por qué Matilde no se puede enamorar aunque sea una luchadora?, se –nos– pregunta. «Estas historias de amor enganchan mucho. Mi abuela, personalmente, está enganchadísima a esta historia de amor. No es incompatible la lucha obrera, el contexto social y político complejo con una historia de amor», defiende la actriz.

Hay, en 'La Moderna', perspectiva de género y de clase, pero no se lleven las manos a la cabeza. «Queríamos utilizar esa parte más 'social' para dar pinceladas de la época. Una cosa es una novela de denuncia y otra, una serie diaria donde hay unos segmentos dramáticos que tenemos que tener sí o sí, y que además el espectador los espera: la villana, las sorpresas, los pasados oscuros que vuelven a surgir en un momento dado…», añade Santamaría.

En los capítulos que está emitiendo ahora La 1, Matilde quiere que las camareras también reciban propinas, como sus compañeros; un obstáculo, de tantos, que los guionistas emplean para dibujar a la protagonista –fuerte, valiente, dinámica– y romper tabúes. Y ahí se establece un diálogo con las mujeres de la época que han tirado la toalla, como el personaje de Antonia (Teresa Hurtado de Ory), y con los espectadores.

«Nosotros jugamos con que muchas de esas barreras se van a ir rompiendo [el aborto, por ejemplo]. Matilde es la soñadora y las mayores, las resignadas, creen que no va a ser posible», comenta el coordinador de guion. Uno de esos televidentes es el padre de Helena Ezquerro: «Me llamó y me dijo: 'Ostras, me estoy acordando de que, cuando yo era camarero, tu abuela, que trabajaba en la cocina, no cobraba propinas'. Me parece muy bien que esta serie haga que hombres como mi padre reflexionen sobre las desigualdades del pasado».

Una segunda temporada ambientada en la Segunda República Española

El paso de la primera temporada a la segunda temporada será también el cambio de la monarquía a la república. Madrid 1931. La 'nueva' realidad artística y cultural ayudará a viajar al pasado, a definir la época. Pero en política no entrarán, pues el motor de las tramas es el dramático. Si 'La Moderna' hubiera sido una serie semanal, para el horario de máxima audiencia, quizás otro gallo hubiera cantado.

No son los tiempos revueltos de 'Amar…', título seminal del género de la telenovela española, cuya tercera temporada (2007) tuvo a un galán que quería asesinar a Franco.

Para 'La Moderna' consensuaron con TVE que fuera más urbana que 'La Promesa', más amable y con dos tórtolos, juntos y revueltos, a los que siempre pone la zancadilla Doña Carla (Stéphanie Magnin). «Si de una manera, el trasfondo político que viven nuestros personajes les afectan a ellos a la hora de tomar decisiones individuales, por supuesto que haremos uso de ello», añade el director de la serie, Humberto Miró.

El también productor ejecutivo promete un giro hacia el melodrama en los nuevos capítulos que ya están rodando, y La 1 emitirá en marzo. Sigue la comedia, pero hay más drama, más intriga: «Hemos querido ser más contemporáneos. Incluso el lenguaje, que en 'Acacias 38' nos ayudaba a viajar [al pasado], hemos decidido hacerlo más moderno y atractivo a esos espectadores que de repente pasan por la tele».

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