Lo dice Viran Morros, uno de los que más sufrirá la agresividad de los tunecinos: "Es un rival complicado, juegan como en casa, les han puesto el horario de las nueve de la noche para que vengan a apoyarles. Son un equipo muy peleón. Tuvieron un partido malo, pero después han sido muy competitivos, contra Croacia han estado muy bien. Realmente duro. Atrás son muy agresivos incluso rozando los límites de la legalidad. Y delante tienen lanzadores muy potentes".
Uno de esos lanzadores distintos y muy potentes es Wael Jallouz, un tunecino de 23 años que aterrizó en el Barcelona el pasado verano. Fuerte, de 1'97 y de poderoso brazo, circula por el lateral izquierdo con calidad y eficacia. Su aportación en el Mundial júnior de 2011, en el que Túnez logró el bronce, lo catapultó a la mejor liga del mundo, la Bundesliga. El Kiel pagó su rendimiento y Jallouz se lo devolvió con 41 goles en 34 partidos. El Kiel también pagó parte de su ficha cuando el africano decidió cambiar de aires y llegar a España, al Barcelona. Un club que le ha obligado a mejorar para poder competir con otras figuras ya consagradas como Karabatic o Rutenka.
Ahora amenaza a varios de sus compañeros de equipo al superar el 40 % de acierto en sus tiros. "La clave estará en la defensa y en que nuestros porteros estén atinados. Hay que defender muy bien y en ataque tratar de jugar muy fluidos y no perder balones, porque corren muy bien el contragolpe", explicaba Alex Dujshebaev. El joven jugador español también se acordaba de la dureza con la que juega Túnez. "Nos hemos mentalizado de que va a ser un partido muy duro, un encuentro en el que vamos a tener sufrir y, sobre todo, aguantar mucho. Pero si mantenemos la cabeza fría podemos ganar perfectamente".
