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<div class="marca">Con 475 litros, el maletero es capaz, pero la boca de carga resulta excesivamente angosta.</div> <div class="autor"> </div>

Ford Focus Sedan Titanium 1.6 TDCi, puntero

La nueva generación del compacto americano cuenta con una gama amplia y completa, técnicamente muy avanzada, coronada por motores como el que en esta ocasión prueba ABC Motor: el reputado 1.6 TDCi de gasóleo, con 115 CV.

e.c.
madrid Actualizado:

La competencia en el segmento C (compactos) es, por lo menos, salvaje, considerando la diversidad en la oferta existente. No obstante, se trata del estrato de mercado más reñido en el Viejo Continente. Y en él, uno de los baluartes ha sido, dese hace años, el Ford Focus , líder natural en mercados como el español junto a los Renault Mégane y Seat León , esencialmente.

La nueva edición, a la venta desde mediados de año, cuenta con carrocerías berlina (5 puertas, sin que se contemple la alternativa de 3 por el momento), familiar Sportbreak y Sedán de 3 volúmenes (4,53 metros de longitud), como en este caso, unos 750 euros más caro que el equivalente berlina.

Más allá de valoraciones de índole estética, que en todo caso aportan una imagen innegablemente más fresca, moderna y avanzada, el coche se caracteriza por un llamativo puesto de conducción, con una consola en línea con la del Fiesta , que deja a mano casi todos los mandos (los de la climatización un poco bajos) y ofrece diversos huecos para pequeños objetos. En el centro sitúa una pantalla LCD que muestra la navegación (opcional), y se completa con otra en la instrumentación (para consumos, indicaciones de la radio o el Bluetooth…), ambas a color. El volante, vertical y de gruesa empuñadura, ajusta en altura y extensión, y aglutina hasta 20 botones, según equipamientos.

Por su parte, la visibilidad es adecuada hacia cualquier ángulo, también para recular. Y la calidad notable, pero no referente: hay plásticos acolchados muy accesibles, y otros de bastante menor empaque también cercanos al tacto. Los ajustes son correctos, pero al menos en nuestra unidad de pruebas liberaba «grillitos» al rebasar firmes desiguales que invitan a pensar en una madurez falta de la debida fiabilidad.

Más apuntes: los asientos son confortables por firmes y envolventes, suma detalles como luces internas e indirectas a base de LED (Titanium) de tono variable, detrás ofrece sitio para 2 adultos de talla media sin tirar cohetes (un tercero ya va estrecho), sobre todo en la cota longitudinal, y el maletero (475 litros) es diáfano y capaz (puede ampliarse abatiendo los respaldos traseros), pero la boca de carga es angosta. Por cierto, no hay rueda de repuesto, sino uno de esos kit reparadores de pinchazos, engorrosos si no se está familiarizado con ellos.

El coche, como sus antecesores, da la talla en dinámica, fruto del buen hacer de un compensado y efectivo cuadro de suspensiones independientes que, sin castigar por firmeza (y eso que tira a duro), asegura buena pisada, un filtrado más que correcto de los baches y una notable sensación de seguridad a los mandos, también por la acertada calibración de la dirección y el tacto del freno, progresivo y aguerrido.

Además, cuenta en opción con todo un desplegable de tecnologías de apoyo: desde reconocimiento de señalética de prohibición TSR a alerta por cambio involuntario de carril LDW (incluso interfiere sobre la dirección si las marcas viales son claramente visibles), cambio de luces largas a cortas y viceversa, programador activo de velocidad, alarma por cansancio del conductor Dirve Alert, aviso de obstáculos en los ángulos muertos, alumbrado LED diurno, sensores de lluvia y luces, sensores de parking delanteros y traseros, aparcamiento pilotado…

Por lo que toca al motor probado, sus 115 CV/285 Nm dan de sí, sobre todo una vez superadas las primeras 1.600 rpm. Por debajo de esa cota, habitual en circulación urbana, la aceleración es lenta, lo que obliga a patinar ligeramente el embrague para, por ejemplo, salir con rapidez en segunda de un cruce o una rotonda. Ya lanzado responde con celeridad, siempre que no esperemos de él un «misil» y no viajemos excesivamente cargados. Se liga a una caja de cambios manual de 6 velocidades de buen guiado, y asegura un consumo real en el entorno de los 6,5 l/100 km (anuncia 4,2) que, a priori, se antoja asumible y que, en parte, responde a la inclusión del cada vez más habitual sistema de parada y arranque automáticos de motor.

En resumen: una adecuada terminación, un motor satisfactorio en términos generales, una dinámica sana y efectiva, y un precio competitivo frente al de duros competidores como los SEAT Exeo y Volkswagen Jetta hacen de nuestro protagonista un modelo a tener en cuenta, sobre todo con la completa terminación Titanium.