
Ruta por el Madrid de Ernest Hemingway
ABC te invita a seguir los pasos del escritor norteamericano por los lugares que le inspiraron para las obras «Muerte al atardecer» o «Fiesta»
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12345678910La habitación 7 de la pensión Aguilar
El escritor Ernest Hemingway teclea en su máquina de escribir durante su estancia en la capital - archivo abc La ciudad ha cambiado bastante desde la primera visita de Ernest Hemingway en 1923, pero aún hoy podemos visitar algunos de los locales, hoteles, museos que inspiraron al escritor para las obras como «Muerte al atardecer» o «Fiesta». Te invitamos a seguir sus pasos.
La pensión Aguilar (Carrera de San Jerónimo, 32) fue el primer lugar donde el escritor se alojó con su familia entre 1923 y 1926, según indica su primer biógrafo, Carlos Baker. En el hostal aún recuerdan que su habitación era la número 7. El edificio donde se encuentra está reformado y muestra una placa-homenaje del Círculo de Escritores Cinematográficos que reza que el día de San Isidro (15 de mayo) de 1896 tuvo lugar allí la primera exhibición cinematográfica de España.
El Hotel Gran Vía, donde escribió las crónicas de la Guerra Civil
La placa, en la puerta del Hotel Tryp Gran Vía, presume del paso de Hemingway por allí - abc El antiguo hotel Gran Vía (Gran Vía, 12) presume orgulloso en su fachada de haber sido uno de los sitios que albergó al escritor. Sus paredes escucharon el repiqueteo incesante de la máquina de escribir de Hemingway. Sin embargo, este lugar también recibió sus críticas. En su relato «The night before battle» escribió: «El lugar siempre me ponía furioso». El restaurante también se menciona en «La quinta columna», la única pieza teatral que escribió el Nobel de Literatura. Fue famosa la enorme reserva de comida y whisky que Hemingway almacenaba en su habitación.
Hemingway y sus famosos dry martinis del Palace
La célebre cúpula del hotel Palace que tantos famosos ha acogido en su más de un siglo de vida - ernesto agudo El auge económico de los años setenta y la apertura de España al exterior permite la entrada de nuevos residentes en el Hotel Palace, entre ellos está Hemingway, que regresa a España en 1954, tras una ausencia de casi veinte años. El hotel se hace residencia habitual de los actores americanos que hacen su gira en España. Muchos de estos actores eran «desviados» desde el Ritz que tenía el criterio de no aceptar los personajes públicos famosos con el objetivo de mantener la atmósfera selecta de tranquilidad entre sus clientes.
En «Fiesta», los personajes Jake y Brett están de acuerdo en que no hay nada comparable a la «maravillosa gentileza con la que te atienden en el bar de un gran hotel», mientras observan cómo trabaja el barman.
Cliente asiduo del restaurante Botín, el más antiguo de Madrid
El restaurante Casa Botín - abc El Restaurante Botín (Cuchilleros, 17), el más antiguo de la capital según el Libro Guiness de los Records, fue uno de los rincones predilectos del escritor norteamericano. Llegó incluso a entablar amistad con Emilio, abuelo del actual propietario y antiguo jefe de la taberna. Un día Hemingway le pidió a Emilio que le enseñara a preparar la paella, pero tras varios intentos fallidos el autor de El viejo y el mar declaró: «Será mejor que me siga dedicando a la escritura».
El cariño de Hemingway por este establecimiento se ve reflejado en varias de sus obras: lo menciona en «Muerte en la tarde» y lo califica como uno de los mejores restaurantes del mundo en «Fiesta». De hecho, la novela que le dio fama internacional, acaba con una escena en este comedor.
El Museo Chicote, epicentro de intelectuales y famosos
Los barman preparan cócteles en el Museo Chicote en 1956 - Archivo abc Una de las escenas de su obra teatral «La quinta columna» se desarrolla en el Museo Chicote (Gran Vía, 12), que ha sido refugio de todos los artistas y las estrellas que han pasado por Madrid. Fue uno de los refugios del escritor norteamericano, donde solía recalar para degustar uno de los célebres coktails. Este bar fue inaugurado en 1931 por el barman español por excelencia, Perico Chicote.
Parroquiano de «La cervecería Alemana»
La revista Life donde menciona el establecimiento - abc En los años cincuenta del siglo XX el autor y premio nobel estadounidense también fue parroquiano de « La Alemana», uno de sus lugares favoritos para tomar el aperitivo sentado en la mesa del ventanal. Así lo recuerda el propio Hemingway en un artículo que publicó en septiembre de 1960 en la revista Life, como «un buen sitio para tomar cervezas y café», y quien también compartió mesa y copas con «la mujer más bella del mundo» y Luis Miguel Dominguín.
Pasión por los toros en Las Ventas
El escritor estadounidense junto con su gran amigo, el maestro Antonio Ordóñez, a su izquierda - archivo abc En 1927, Ernest Hemingway publicó «Fiesta», donde dejó clara muestra de su fascinación por los toros. En «Muerte en la tarde» (1932), una describe con maestría y pasión la técnica y los detalles de una corrida. Ernest Hemingway se dejaba ver «entre barreras» de Las Ventas, con su habano inabarcable y su barba henchida.
El Prado despertó su admiración por Velázquez y Goya
La estatua de Velázquez que preside una de las entradas del Museo del Prado - José Ignacio Soto La pensión Aguilar, en la Carrera de San Jerónimo, era su cuartel general. Y con el Museo del Prado a un paso, comienza su admiración por el Bosco, Velázquez y Goya. Las principales obras del Museo del Prado, por las que el escritor sentía pasión, fueron trasladadas a Valencia en 1936 para que no sufrieran ningún desperfecto por los bombardeos que sitiaron la ciudad hasta que las tropas nacionales entraron en Madrid en 1939.
El Retiro, escenario de «Por quién doblan las campanas»
El Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid - wikimedia En «Por quién doblan las campanas», durante las ensoñaciones de su protagonista, Robert Jordan, aparece un parque con jardines y con gran variedad de árboles en Madrid donde María y él podrían ser felices. Este lugar que evoca es el Parque de El Retiro.
El Jardín Botánico y el «olor de la muerte»
Uno de los invernaderos del Jardín Botánico - Abc El Jardín Botánico también aparece la obra «Por quién doblan las campanas» pero como «reflejo del olor de la muerte que se avecina», en referencia al desenlace de la guerra.