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ABC Cultural

Norman Mailer, como un libro abierto

ANNA GRAUSERVICIO ESPECIALNUEVA YORK. El Centro de Investigación de las Humanidades Harry Ransom, en la Universidad de Austin (Texas), acaba de abrir al público el archivo personal de Norman Mailer

NUEVA YORK. El Centro de Investigación de las Humanidades Harry Ransom, en la Universidad de Austin (Texas), acaba de abrir al público el archivo personal de Norman Mailer, por el que pagó en 2005 al mismo Mailer dos millones y medio de dólares (1.690.000 euros).

Parece una salvajada pero se trata del mayor archivo de un autor literario que se ha visto nunca. Hablamos de mil cajas de material, conteniendo 40.000 cartas, agendas telefónicas, fotos y cuadernos de calificaciones escolares, historias cortas y guiones de cine, incluso material no publicado. Su vida es ahora un libro abierto para los estudiosos y para el público en general.

Norman Mailer murió el pasado 10 de noviembre. Dicen que quería escribir la «gran» novela americana y no lo logró. Pero quizás ha logrado que su vida lo sea. Si en los años cincuenta los americanos aventureros y de pelo en pecho tenían a Ernest Hemingway, el suicidio de este último en 1961 dejó el campo libre a Mailer como nuevo «gran macho» de la literatura norteamericana.

Éste también se dio a conocer con una primera novela basada en sus experiencias bélicas durante la Segunda Guerra Mundial. Hemingway participó en el desembarco de Normandía y en la liberación de París, mientras que Mailer, en Filipinas, nunca entró en combate y no pasó de cocinar para la tropa. Pero aun así juntó material para escribir The Naked and the Death, y alcanzar un éxito resonante.

Empieza así una frenética carrera literaria, política y matrimonial. Como autor es uno de los capitanes del nuevo periodismo, la no-ficción creativa y la autoficción, con lo cual le saca todo el jugo literario posible a su ajetreada vida. Se casó seis veces, tuvo ocho hijos biológicos y uno adoptado, y a su segunda mujer la hirió con un cortaplumas en una fiesta. Esto alimentó su leyenda de rebelde de cintura para arriba y machista violento de cintura para abajo. Sin duda sus contradicciones son apasionantes y le hacen muy representativo de su tiempo. Mailer fue uno de los fundadores de The Village Voice, el mítico magazine alternativo nacido en Greenwich Village, un infatigable activista contra la guerra de Vietnam, y hasta fue candidato a la alcaldía de Nueva York, aunque no salió elegido.

Guardaba como oro en paño -y así se conservan en Texas- las cartas que le escribía desde España Truman Capote cuando estaba escribiendo A sangre fría. ¿Quizás Mailer sintió celos de aquella experiencia? Cuando un preso condenado por asesinato, Jack Abbott, se ofreció a iniciar una relación epistolar con él desde la cárcel, el escritor creyó que había encontrado a su propio Perry Smith. Se tiró de cabeza a publicar aquellas cartas y a conseguir la libertad condicional de Abbott, que lo primero que hizo al salir libre fue cometer otro asesinato.

Todo esto no da una trayectoria vital triunfal ni necesariamente coherente, pero puede haber alimentado a un escritor que, si a veces los expertos en literatura han considerado un poco sobrevalorado, a nivel popular es insustituible.

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