Contra el reglamento
CON muertos, bromas las mínimas. Ni aunque el ministro Bono ande por el lugar y haya llegado con un sentimiento doble de tristeza. Parece que porque el capitán se ha ido a estrellar justo el día en que el Gobierno subía el sueldo a los militares. Vaya. Ha hablado el ministro de Defensa, crípticamente, de que el piloto volaba fuera del sector que se le asignó para entrenamiento, de una actuación no acorde con las normas y contraria al reglamento, de haber pagado con la vida, de expedientes «por hechos similares». ¿Qué nos trata de decir? ¿Qué el piloto se escapaba a su pueblo a menudo para saludar a alguien? No sería el primero que sobrevuela a su familia o amigos en pasadas rasantes. «Mira, mi Carlos» es algo que decía una madre cuando su hijo Carlos le pasaba por encima con su avión (que no era suyo, claro). Ya sabemos que el sobrado «yo controlo» no sólo se da entre conductores de coches, también entre pilotos de aviones manejables. Y luego pasa que un Casa 101 se la da contra una casa situada en el número 9 de la calle San Ildefonso. Estrellarse ahí es una desgracia y, además, va contra el reglamento.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete