Cipriani Marbella
Simplemente Cipriani
Puente Romano ha hecho una apuesta inteligente en mi opinión. Cipriani es elegante pero no demasiado; se come muy bien pero tampoco buscan la excelencia; el servicio es estupendo pero relajado; parece Venecia dentro en el comedor y Marbella fuera en la terraza.
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Iniciar sesiónSiempre resulta un tanto difícil y delicado escribir sobre un restaurante que ya es una marca. Una fotocopia del original que se reproduce en cualquier parte del mundo. A priori una sucursal más que no debiese suscitar mayor interés para quienes nos ocupamos de una ... gastronomía original y con personalidad. Máxime cuando uno ha tenido la fortuna de pasar por el original y poner esas cruces – que tanto nos gustan a los aficionados – a varios de esos platos icónicos que definen y arman la estructura y oferta culinaria de una leyenda de la hostelería como es – en este caso – Cipriani . Pero el caso es que, dentro de la lógica subjetividad con lo que valoramos todos los restaurantes, hemos encontrado cosas muy interesantes para contar al lector.
Para empezar, alimentemos un poco el mito y reconozcamos los enormes méritos empresariales de un Giuseppe Cipriani que era un tabernero avezado cuyo Harry’s Bar veneciano atraía, desde 1931, a lo más granado de las estrellas de cine y a la élite intelectual de la época. Famoso por su personalidad arrolladora, su visión comercial y por dos inventos, de alguna manera, revolucionarios: el carpaccio de ternera y el cóctel bellini , la gran aportación de Venecia – junto con el Spritz – a la Joie de Vivre. El Bellini – un puré de melocotón blanco coronado con prosecco – es, en su simpleza, quizás el aperitivo más elegante que existe. En la década de los 50 del siglo XX las herederas del imperio Guinness – sí, los de la cerveza – hicieron realidad su sueño de dirigir su propio hotel. A partir de ahí la marca no hizo más que crecer y ya cuenta con más de una veintena de restaurantes repartidos por todo el mundo. Pues, bien, el Hotel Puente Romano , en esa vorágine de aperturas que ha envuelto los años post-pandemia en Marbella, ha apostado por este como uno de los nombres más reconocidos del mercado para fortalecer su oferta gastronómica .
Yendo a la cuestión que nos interesa: ¿cómo se come en el Cipriani de Marbella? La respuesta rápida – personal, obviamente – es que de bien a muy bien . A partir de ahí, hay que añadir matices y poner algunos aspectos en la balanza: los precios son muy altos , desde luego, desmesurados en algún caso; el servicio roza el sobresaliente aunque en ocasiones resulta algo mecánico, creo que más por la propia dinámica del concepto que por una cuestión de actitud; hay detalles en la mesa – hablemos de cristalerías y de la inicial falta de manteles, que afortunadamente parecen estar corrigiendo – que no son propios de su categoría. A cambio hay maneras excelentes, de vieja escuela, de cócteles bien hechos y platos servidos sin más ceremonial que el que requieren. El lujo que transmite una cierta sencillez . Quizás en exceso, porque llama poderosamente la atención la absoluta falta de adornos y la presentación casi espartana de los platos . Así lo quería el patrón y así se pone en escena.
Conviene acomodarse y practicar el sano ejercicio – tan italiano – del aperitivo mientras se ojea el menú: un negroni, un spritz o, por supuesto, un Bellini , son opciones óptimas. La carta es un compendio de recetas italianas clásicas – con el foco puesto en la cocina del Véneto – y grandes clásicos “marca de la casa”. Así, no defraudan – aunque tampoco deslumbren – el steak tartare, el vitello tonnato o el carpaccio , servido con la clásica salsa a base de mayonesa, zumo de limón y Worcestershire. La cocina se crece en el apartado de pastas: resultan riquísimos los clásicos tagliatelle al horno con jamón , cremosos y en su punto; magníficos los gnocchi de ricotta “al Guardi” , que casi se deshacen en la boca, con una salsa de tomate canónica, y no deja de impresionar el risotto “alla Primavera” con verduras , perfectamente mantecado y con un punto impecable del arroz. Tres platos servidos en bandejas de cobre y en porciones generosas que fácilmente valen para dos personas. Suculenta y enorme resulta la ternera a la milanesa que se sirve con una ensalada de rúcola y tomates Datterino y soberbio el hígado de ternera a la veneciana, salteado con cebollas y servido con polenta frita , otro de los emblemas de la casa. Entre los postres, es una delicia el helado de pistacho “à la minute” – ya puede serlo facturado a 39€ - también para compartir, pero el tiramisú o la panna cotta no le van a la zaga.
La carta de vinos es corta y contiene referencias interesantes aunque, en la línea del restaurante y del hotel, presenta unos precios muy elevados . El servicio, uniformado de gala como si de un buque-escuela se tratase, no deslumbra tanto como en las primeras semanas cuando llegaron los equipos desde Italia para la apertura pero maneja la sala sobradamente y lidia con un público complejo y heterogéneo. Los platos se sirven con eficiencia y prontitud, casi con prisa en ocasiones, pero con extrema profesionalidad. Sorprende, sin embargo, el escaso ceremonial y la atención que se le presta al servicio del vino.
Puente Romano ha hecho una apuesta inteligente en mi opinión. Cipriani es elegante pero no demasiado; se come muy bien pero tampoco buscan la excelencia; el servicio es estupendo pero relajado ; es Venecia dentro en el comedor y Marbella fuera en la terraza. Parece que llevase toda la vida allí cuando apenas lleva unos meses de andadura. Más que nada porque recuerda a esa época pasada de esplendor de la Marbella de personalidades y estrellas de cine. Ambiente elegante, música en vivo, servicio numeroso, camareros de punta en blanco y esa habilidad tan italiana de convertir en extraordinario lo sencillo . Platos que reproducen sin deslices los grandes clásicos de su repertorio, sin sorpresas, sin adornos y sin salirse ni un ápice del guión. Precios muy altos, en la línea de los de Venecia o del resto de sus lujosas sucursales . No hay más ni hay menos.
CIPRIANI MARBELLA
Recomendado
Cocina: 4
Servicio: 4
Ambiente: 4
Dirección y teléfono: Avda. Bulevar Príncipe Alfonso de Hohenlohe, s/n, Marbella/ Tlf. 952 76 82 77.
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