Los Baños árabes de Santa María abren con un proyecto gastronómico y cultural de la mano de Doble de Cepa

Los Baños Árabes de Santa María tienen entrada tanto por la calle Velázquez Bosco y Céspedes, se datan en época califal y tuvieron una importante reforma mudéjar. Fueron declarados Bien de Interés Cultural en 2001 . Según su descripción funcionó en su momento mediante una noria de tracción animal.

Estos baños constituyen uno de los pocos ejemplos conservados, según ese documento, de un tipo de edificio muy popular y abundante en la Córdoba musulmana, con perduraciones en la cultura cristiana de época moderna. Además es de los pocos lugares de la Judería que son Bien de Interés Cultural específico, al margen de las declaraciones generales del casco histórico.

Se trata de unos baños de uso público de los que se conserva en buen estado el «tepidarium» y el «caldarium», así como el «frigidarium», este último con alteraciones por su uso turístico de los últimos lustros. Cuenta con salas abovedadas y un aljibe. Todos los capiteles son califales pero hay una curiosidad, porque cuenta con uno visigodo. Como indica la descripción del BOE nº 184 de agosto de 2001, reconocer algunas de las estructuras, que quizá queden ocultas, resulta complicado.

La idea, como explica la responsable de Doble de Cepa, Laura Roda, es abrir un espacio gastronómico y cultural sui generis y distinto, con mobiliario de quita y pon, que deje a un lado el anterior uso de tablao con horarios arbitrarios de este sitio que no estaba en absoluto aprovechado.

De hecho, como explica Roda, incluso el suelo estaba tapado debido a las tablas de madera, algo que es lo primero que han tenido que quitar para ir mejorando el lugar de cara al público. «El suelo está cincelado a mano y ni se veía de tierra que había» Es además en el fondo un espacio desconocido para la mayoría de cordobeses.

Anteriormente, y durante los primeros dos mil eran parte de una tienda de souvenirs . La gente podía pasar a cambio de unas monedas. En aquella época, como indica Roda, estaba mejor conservado de lo que estuvo después por la falta de cuidados especial que necesita un sitio como ese, pues como es lógico necesita un mantenimiento acorde a sus característicos.

El nuevo espacio, todavía una sorpresa, se va a basar en la comida andalusí «con elementos base como el escabeche, las aceitunas, el pan de trigo…junto una oferta gastronómica que pretende ser un viaje a través del tiempo». Por ejemplo este viaje permitirá conocer cómo se hacían los precursores del salmorejo mediante pan mojado machacado a mortero, al igual que la mazamorra. Roda destaca otros platos que deleitarán a los comensales, como salmorejo de naranja con bacalao, gazpacho especiado, hummus o postres como los tradicionales arroz con leche y pastel cordobés.

Pero, ¿cómo se combinan los usos de museo y el gastronómico? Estos baños abrirán entre las 10:00 y las 13:30 como monumento y sala de exposiciones, de hecho algunas de las primeras muestras serán de cerámica o esculturas de papel. Además, la visita va a estar ligada a la Casa Andalusí mediante una colaboración entre ambas entidades, por lo que la experiencia irá del siglo X al siglo XII, edades de los respectivos inmuebles.

A partir de las 13:30 empieza la oferta gastronómica, pero no como restaurante al uso, pues no tendrá cocina como tal, según detalla la responsable de Doble de Cepa. Todo será producto ya hecho y a cargo de un gran cocinero cuyo nombre será desvelado más adelante. Se puede reservar mesa pero los clientes que pasen por allí también pueden acceder a la carta sin problemas, como un restaurante. A las 17:00 vuelve a ser espacio visitable como monumento. Y a partir de las 20:00 vuelve la gastronomía.

Este viaje culinario se fundirá con un espectáculo musical que irá de la cultura andalusí al cante jondo. «Empezará con un recitado en castellano antiguo o en árabe, para seguir con poesía y baile». A su vez Roda ejercerá de maestra de ceremonias, explicando el origen de platos y productos. Hay algo que debe quedar claro: «No será un sitio para el que quiera comer deprisa». Para esta fusión de disciplinas artísticas han contado con la ayuda del profesor y escritor Antonio Manuel Rodríguez.

Con este proyecto se va abriendo el abanico de ideas ante el venidero otoño en una Judería que demanda ideas imaginativas tras los efectos de la crisis sanitaria. En 15 días se irán concretando los planes para el lugar, que de momento intrigan a cualquiera hasta que llegue el día de la inauguración.