De pinchito a pinchito: un recorrido por Córdoba y la provincia

Alfredo Martín-Gorriz

Después de año y medio cerrado, el viernes pasado volvía a abrir sus puertas el Bar Pepe Jiménez , en la aldea cordobesa de Ochavillo del Río. Eso priva a sus paisanos de conocer el secreto del aliño de sus pinchitos, puesto que afirmó ... que sólo lo daría a conocer cuando precisamente cerrase el establecimiento. Afortunadamente no ha sido así, y aunque sin saber qué llevan exactamente, cordobeses y visitantes podrán seguir disfrutando de sus famosos pinchitos.

Aprovechamos esta alegría para hacer un pequeño recorrido por este suculento y popular plato, precursor de la street-food mucho antes de que este término se emplease por doquier, socorrido para las noches de fiesta de los jóvenes, perfecto para el tapeo económico de todos, y competitivo, en el sentido de que entran en comparación los de un sitio con los de otro, sea por sus precios, sea por un toque especial, por la presentación o el tamaño.

Y justo es el tamaño, que en este caso sí importa, lo que destaca en Bar Pepe Jiménez que impulsa con su reapertura a hacer un recorrido por algunos de los pinchitos más destacados de Córdoba y la provincia. Los 80 centímetros colgados de un gancho con trozos capaces de alimentar a un regimiento sacian el apetito de cualquiera. Pero como indicamos, los pinchitos tienden a compararse, veamos otros.

Cuando se habla de pinchitos, se tiende a centrarlo todo en el concepto «moruno» y sin dar el salto a la brocheta, que sería tema aparte, sí que los hay distintos. Si hemos empezado con unos colosales, damos ahora el salto, sin salir de la provincia, a otros incluidos en el concepto gastrobar o restaurante moderno. Se trata de los que van a poner en breve a disposición de los clientes en Zyrah. En diversas ocasiones este establecimiento de Priego de Córdoba ha tenido pinchitos de atún de almadraba. Ahora los recuperan añadiendo arroz salvaje.

Viajando ya a la capital, y antes de centrarnos en los indispensables y más conocidos, y para ligarlo con el anterior de la provincia, destacamos otros pinchitos diferentes, los de La Bodeguilla, con establecimientos en Morería y Maestro Priego López. En su carta cuentan con pinchitos de rosada y langostino. También los tienen de secreto ibérico.

Clasicazos

Nos adentramos en el terreno clásico, el fenómeno que va de boca a oído, que trasciende generaciones. Y en este ámbito hay cierta competencia. La primera establecida entre tres sitios que luchan por el término bueno, bonito y barato.

Ahí está el bar Rafalete, con sus diversos locales. Símbolo absoluto del picoteo por un lado y del auxilio en las noches de fiesta por otro. Sin «Pinchoscopia» hiciera una encuesta seguramente saldría que el 99% de los cordobeses al menos han tomado una vez en su vida un pinchito del Rafalete. Te pueden fallar los amigos, la pareja y la familia, pero nunca estos pinchitos.

Juanito Mohamed, en Ciudad Jardín, coincide que tiene sus pinchos morunos en la Calle Marruecos, lo que sin duda ya aporta sello de calidad. Con 88 años, esta figura incombustible de la hostelería cordobesa sigue ofreciendo un trato inmejorable al cliente dentro de un modesto y sencillísimo bar. Muchos consideran sus pinchos de cordero y su aliño como los mejores de Córdoba.

De Ciudad Jardín nos vamos al Parque Figueroa, donde Bar Pinchitos Sara ya incluye al plato en el nombre del establecimiento. Y tiene sólidas razones para hacerlo. Hasta octubre, por cierto, permanecerá abierto solamente por las noches. Conocido también por sus bocatas de churrasco con pan de Obejo, muchos cordobeses acuden a este barrio solamente para darse un capricho con los pinchitos. El viaje merece la pena.

Habría que incluir en este podio, al menos como mención especial, a otro lugar tradicional por excelencia, Bocadi, que cuenta con numerosos platos con pinchitos pero donde además los propios pinchitos se pueden tomar en bocadillo con el inconfundible pan de la casa.

De tabernas y bares

En la Taberna El Coto, desde el pasado otoño en la Plaza de San Miguel, llevan haciendo los mismos pinchitos desde hace décadas, y cumplen 50 años el próximo enero desde su fundación en Doce de Octubre. Estos pinchitos de solomillo de cerdo se unen al resto de platos, todos procedentes de la carta inicial de 1972.

Una taberna enormemente exitosa y casi siempre llena es La Taberna, en la avenida de Barcelona, que cuenta entre otros populares platos con pinchitos, en este caso de pollo, por lo que sirven para mantener la línea.

Conocido por sus bocadillos variadísimos y hamburguesas, Tizona Bar, en Agrupación Córdoba, cuenta también con pinchitos de cerdo, que además se pueden pedir a domicilio.

En Sagunto, Hermanos Bonillo, lugar famoso por el tamaño de sus flamenquines y su animada terraza junto al parque conocido como Los Teletubbies, cuenta también con generosas raciones de pinchitos con patatas que no dejan indiferente a nadie.

para terminar abrazamos de nuevo el concepto «moruno». El auténtico. Así lo define La Medina, puesto del Mercado Victoria. Los pinchitos son su seña de identidad ya desde el propio logotipo del negocio, y presumen de servir el auténtico pinchito moruno, el de cordero. Además cuentan con pinchitos de cerdo, de pollo y de solomillo, y un buen surtido de brochetas gourmet.

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