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Una década en el infierno de la droga

El distrito pedirá a la Agencia Antidroga en septiembre su traslado a la Cañada

IGNACIO GIL

CARLOS HIDALGO y CARLOS HIDALGO

Agosto de 2007

Las primeras 20 chabolas caían bajo la piqueta. Aún quedaba mucho trabajo por delante y asesinatos con la droga como único móvil.

Junio de 2009

Tras lustros como principal hipermercado de la droga de Europa, apenas quedan construcciones. La narcosala atiende a 2.235 personas al año.

La Comisión de Seguridad del distrito de Villa de Vallecas, en la que están integrados el presidente del distrito, la oposición, el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Municipal, maneja una propuesta para terminar definitivamente con el poblado de Las Barranquillas. La intención es pedir, a primeros de septiembre, tras las vacaciones de verano, que se elimine la narcosala que la Agencia Antidroga tiene allí instalada.

Así lo confirmaron a ABC fuentes cercanas a la Junta de Distrito. Con esta medida, se pretende erradicar por fin este asentamiento de marginalidad y drogas. Lo que le plantearán a la Agencia, dependiente de la Comunidad de Madrid, es que la instalación en la que atienden a los toxicómanos que deambulan por el erial es, a estas alturas, un foco de atracción más que otra cosa.

De hecho, existen grupos de drogodependientes, en muy avanzado estado de deterioro, que han acampado en torno a la narcosala. Quedan cuatro o cinco construcciones en las que apenas se trapichea: se vende heroína, cocaína, tranquimazines y metadona, pastillas en polvo. Dosis que apenas llegan a costar 5 o 6 euros. Los camellos de entonces, como «la Amparo», «Los Gordos», «Los Borrachos» o «Tarzán»... La mayoría se han ido a la Cañada Real.

Ese otro asentamiento, que cuenta con un plan de erradicación de las tres administraciones públicas —aunque pocas novedades está reportando—, sí que es un hervidero de consumidores y narcotraficantes. Por eso y por encontrarse en el mismo distrito, la propuesta se completará con la idea de que la narcosala se traslade a Valdemingómez, donde en su día trabajó la Cruz Roja.

Además, en septiembre se incrementará la vigilancia policial en el poblado, donde ya apenas llegan las «kundas» o taxis de la droga.

Las Barranquillas ocupan un terreno donde el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid prevé la construcción del polígono de La Atalayuela y el barrio de Valdecarros. Las obras de movimientos de tierra y urbanización

ya están en marcha.

Septiembre de 2010

Está previsto que se proponga a la Comunidad el traslado de la narcosala, donde un grupo de toxicómanos acampa y se resiste a marchar.

Mayo de 2005

La Comunidad la inauguraba. El primer año atendió a 5.591 personas. Los 70 puntos de venta de droga del poblado ganaban 500.000 euros diarios.

Agosto de 2007

Las primeras 20 chabolas caían bajo la piqueta. Aún quedaba mucho trabajo por delante y asesinatos con la droga como único móvil.

Junio de 2009

Tras lustros como principal hipermercado de la droga de Europa, apenas quedan construcciones. La narcosala atiende a 2.235 personas al año.

La Comisión de Seguridad del distrito de Villa de Vallecas, en la que están integrados el presidente del distrito, la oposición, el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Municipal, maneja una propuesta para terminar definitivamente con el poblado de Las Barranquillas. La intención es pedir, a primeros de septiembre, tras las vacaciones de verano, que se elimine la narcosala que la Agencia Antidroga tiene allí instalada.

Así lo confirmaron a ABC fuentes cercanas a la Junta de Distrito. Con esta medida, se pretende erradicar por fin este asentamiento de marginalidad y drogas. Lo que le plantearán a la Agencia, dependiente de la Comunidad de Madrid, es que la instalación en la que atienden a los toxicómanos que deambulan por el erial es, a estas alturas, un foco de atracción más que otra cosa.

De hecho, existen grupos de drogodependientes, en muy avanzado estado de deterioro, que han acampado en torno a la narcosala. Quedan cuatro o cinco construcciones en las que apenas se trapichea: se vende heroína, cocaína, tranquimazines y metadona, pastillas en polvo. Dosis que apenas llegan a costar 5 o 6 euros. Los camellos de entonces, como «la Amparo», «Los Gordos», «Los Borrachos» o «Tarzán»... La mayoría se han ido a la Cañada Real.

Ese otro asentamiento, que cuenta con un plan de erradicación de las tres administraciones públicas —aunque pocas novedades está reportando—, sí que es un hervidero de consumidores y narcotraficantes. Por eso y por encontrarse en el mismo distrito, la propuesta se completará con la idea de que la narcosala se traslade a Valdemingómez, donde en su día trabajó la Cruz Roja.

Además, en septiembre se incrementará la vigilancia policial en el poblado, donde ya apenas llegan las «kundas» o taxis de la droga.

Las Barranquillas ocupan un terreno donde el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid prevé la construcción del polígono de La Atalayuela y el barrio de Valdecarros. Las obras de movimientos de tierra y urbanización

ya están en marcha.

Septiembre de 2010

Está previsto que se proponga a la Comunidad el traslado de la narcosala, donde un grupo de toxicómanos acampa y se resiste a marchar.

Mayo de 2005

La Comunidad la inauguraba. El primer año atendió a 5.591 personas. Los 70 puntos de venta de droga del poblado ganaban 500.000 euros diarios.

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