Sevilla FC
Hasta el cielo lo anunció
Palanganas, hoy podemos regresar de Londres con una amplia sonrisa y con un billete de cuartos en la talega
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Iniciar sesiónEn días como estos donde el equipo arrastra una cola de frustración y el sevillismo no logra espantar los murciélagos que debilitan su fe, el pasado martes, el cielo se puso rojo como la sangre que nos une en Nervión, en una clara señal de ... presagios bonitos. En Roma, cualquier augur, hubiera visto en señal tan premonitoria la fuerza de nuestra sangre, ante un viaje comprometidísimo a las tierras de Britania. Abierta las entrañas de un palomo del Carambolo, el augur se lo habría mostrado al cielo, para concluir sonriente que en Londres nos espera algo mucho menos tóxico que el VAR de nuestro fútbol y la sospechosa y dócil actitud de Martínez Munuera, ese árbitro de tan débil determinación que delegó en la sala VOR su responsabilidad arbitral. Hay quien echa cuentas y dice que somos, junto con el Getafe, de los equipos más perjudicados por el videoarbitraje, hasta el extremo de habernos sisado seis puntos, lo que nos aparta de estar por encima del insuperable (pillen la ironía) club del poder dominante. Todo parece indicar que las cuentas del negocio de nuestro fútbol, televisión mediante, salen más rentables si en la cabeza de la tabla están los de siempre. Ni en las esquinas del canijo siglo XIX hispano hubo tantos ciegos como en los despachos del poder del fútbol español. Ciego que ven pero que hacen la vista gorda con las manos de Benzemá y los leñazos de Casimiro de los chicos de tito Floren y con el límite salarial del equipo más arruinado del mundo, que se gasta en el mercado de invierno lo que no tiene y debe, hasta el punto de hacer un equipo casi nuevo. Vomitivo.
Un ex presidente de la Junta, palangana sin remedio, tras presentar uno de sus libros en el Ateneo, nos dio de comer a los periodistas que más trato cercano nos dedicaba. Fuimos a casa Román, el del jamón primoroso y los huevos fritos en su punto, para hablar de literatura, política y fútbol. Cuando tocó este último tema dijo que el fútbol español expresaba ajustadamente los dos centros de poder político de España, de una forma nada casual. El hecho de que el Sevilla hoy y, mañana el que le toque, se encarame en ese cortijo vallado, resulta incómodo para el statu quo, al que le empieza a doler la cabeza y sufrir jaquecas económicas ante la posible consolidación de la amenaza. Lo del reparto justo del dinero de las televisiones no fue un capricho de los catetos advenedizos. Era una cuestión de justicia que aún no se ha terminado de solucionar. Estoy seguro que saben la razón. Y no hay motivos para explicarlo.
El futbol español es descaradamente menos igualitario que el inglés, donde el último de la clasificación puede permitirse el lujo de fichar a una estrella emergente de la clase media española. Ese reparto justo del dinero lo ha hecho más potente, más competitivo, más luminoso para el espectáculo. Pese a todo eso, el cielo rojo del martes, nos anunciaba un presagio bonito para hoy en Londres. Inglaterra se nos da mucho mejor que a la Armada Invencible. Y no descartéis nunca que los murciélagos se irán algún día, volveremos a ser los de siempre, porque la fuerza de la sangre no se negocia. Te pueden robar la cartera. Pero jamás te podrán quitar las ganas de recuperar lo tuyo dejando en el césped un bonito poema de guerreros peleando contra la adversidad y las serpientes de los despachos.
Palanganas, hoy podemos regresar de Londres con una amplia sonrisa y con un billete de cuartos en la talega. Y así seguir pisando los callos de los que hacen parecer limpio lo que no es más que una zahurda donde se ceban, balompédicamente, los tres cerditos…
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