Las etapas extremas de los Alpes

La crioterapia hace milagros. Pero los baños de hielo no lo hacen todo. Se superan porque son los elegidos para la gloria, los señalados por la genética, el entrenamiento y el poder mental para seguir ahí arriba, con bronquitis o un ataque de asma, bajando por desfiladeros a velocidades suicidas encima de una máquina que no pesa más que una mochila con libros. Siempre he pensado qué deporte es el más intenso, abrasador. El que somete a más gasto energético y psíquico a un atleta. El ciclismo está entre uno de ellos. Sin descartar las opciones más extremas que ustedes me proponga. Seguro que las aceptaré. El Sevilla, palanganas, llega al final de las etapas duras del tour futbolístico con las piernas adoquinadas y los pulmones vacíos. Hace algunas semanas, Jordan, al que le pesan las calzonas como si fueran de mercurio, señaló que al equipo le faltaban piernas. Que estaban penadas por el esfuerzo de la temporada. La temporada ha sido dura, larga, llena de complicaciones. Eso es innegable. El problema está que las piernas no se compran en Ikea ni en Carrefú . Si no te llegan las piernas en los asaltos finales, algo nos ha pasado en la planificación del equipo.

Porque, al final del campeonato, llegan los Alpes Dupé, que es donde el equipo tiene que dar el resto para distinguirse en la clasificación. Y es importante decir y comprender, al margen de leyendas artúricas, que nos vendieron la posibilidad de ser aspirantes a la corona de la Liga, que a estos partidos de mayo se debe llegar lo suficientemente dotados para acometer nuestro objetivo, sin más angustias que las precisas. En Villarreal volvimos a dar muestras de una condición física deprimida, con el centro del campo más blando que la mantequilla y soñando, en cada perdida de balón, con un M´bia, un Keita o un Crychowiak que le diera consistencia a tanta falta de músculo. La ausencia de Reges, un jugador alquímico, capaz de convertir el plomo en oro, ha hecho superlativa la defensa del equipo, único bastión que ha llegado entero a este final de temporada donde la distancia entre la defensa y la delantera se hace latifundista. Y entre ambas posiciones puedes encontrarte con el desierto de Acatama. Es tan terrible su ausencia que la afición, como la Zarzamora, llora a todas horas por los rincones del Pizjuán. Pero esa contingencia es inevitable en cualquier equipo. Lo que sí es evitable es llegar a jugártela en los Alpes Dupé con el depósito en rojo y sin resolver la clave de bóveda de nuestro sistema de juego, que es el puesto de Fernando. Yo nunca le silbaría a mi equipo y menos en un día tan especial como el de hoy. Hoy más que nunca me tendrían que sacar con camisa de fuerza del Pizjuán, loco, loco, loco por darle al los muchachos la fuerza con la que no llegaron a las etapas asesinas de los Alpes.