Vaya por delante que, por historia y estadística, los que menos motivos tienen para quejarse de los árbitros son el Madrid y el Barcelona. Y después de estos, Atlético, Valencia, Sevilla, en suma los del pelotón perseguidor. Es sabido que en caso de duda los árbitros siempre han favorecido a los grandes. Ha sido, es y será.
Pero una vez dicho esto, lo cierto es que Sergio Ramos, Pepe y demás altavoces blancos tienen cierto motivo de queja en el ejercicio que nos atañe. Mou empezó a alzar la voz, pero como el club no acostumbra a alzarla sobre estos menesteres, decidió callarse y que fueran otros los que se fueran turnando en la queja.
Es de suponer que el cuadro técnico del Madrid ha hecho repaso de los partidos jugados y han sumado y restado. Les salen las cuentas, sobre todo si añaden los puntos que podrían haber ganado de no haberse producido errores arbitrales y le restan al Barcelona por lo mismo (eso sí, si se cuentan por goles los penaltis no señalados, que es mucho contar). Veamos partido por partido:
Betis-Madrid (1-0). Hay mano previa de Juan Carlos en el pase a Beñat para marcar el gol del triunfo. Además, en el último minuto hay mano dentro del área de Nosa en el pase de Kaká. Tres puntos.
Barcelona-Madrid (2-2). Penalti de Mascherano a Ozil. Dos puntos.
Madrid-Valencia (1-1). Penalti de Gago a Di María. Dos puntos.
Osasuna-Barcelona (1-2). Doble fuera de juego no señalado. Primero de Alexis y luego de Messi. Dos puntos.
Barcelona-Valencia (1-0). Gol legal anulado a Tino Costa. Dos puntos.
Con las matemáticas en la mano y pensando que los penaltis acabarían en gol, los fallos arbitrales no deberían nublar la vista de los madridistas porque su juego no dio para mucho más en los partidos que perdieron. Como dijo el mismo Sergio Ramos: «Es verdad que nosotros también fallamos, sobre todo en las jugadas a balón parado, pero ya es hora de que los árbitros nos ayuden algo».
Aun así, la diferencia entre el Barcelona y el Madrid no puede achacarse solo a eso, sino a la conjunción de varios factores: el Barcelona ha realizado el mejor arranque de temporada de toda la historia, el Madrid no tiene la pegada de antes (sobre todo fuera de casa no ha marcado tantos goles como la pasada campaña) y también cuentan los errores arbitrales.