Cinco motivos para odiar a Bono, líder de U2, según el escritor Harry Browne
U2 - Sunday Bloody Sunday - abc

Cinco motivos para odiar a Bono, líder de U2, según el escritor Harry Browne

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  1. Por su tibia posición en el conflicto de Irlanda del Norte

    U2 - Sunday Bloody Sunday
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    Harry Browne recuerda en su libro la negativa de U2, en 1982, a montar en una carroza el día de San Patricio en Nueva York, porque se iba a convertir en una especie de homenaje a un terrorista del IRA, Bobby Sands, muerto en una huelga de hambre. Añade que era una postura ampliamente compartida en Irlanda pensar que el derramamiento de sangre no estaba justificado. En lo que se refiere a «Sunday Bloody Sunday», que Bono presentaba diciendo que «esta no una canción rebelde», Browne comenta que no contiene ninguna referencia a los autores de la matanza de 14 civiles que participaban en una marcha a favor de los encarcelados sin juicio. Incluso desvela que, en su forma original, comenzaba diciendo «No me hables de los derechos del IRA». Además, tras el atentado de 1987 llamado «La Masacre del Remebrance Day», en el que murieron once personas que se encontraban en el desfile en recuerdo a los caídos en las dos guerras mundiales, Bono reaccionó con vehemencia: «Estoy harto de que estadounidenses de origen irlandés que no han vuelto a su país en veinte o treinta años se me acerquen para hablarme de la resistencia (...) ¡Que se joda la revolución...!». Por último, señala que el músico irlandés apoyó a los sectores moderados de unionistas y nacionalistas en el proceso de paz, que a la larga resultaron poco más que irrelevantes. En cualquier caso, el hecho de no estar a favor de atentados terroristas, parece un argumento poco sólido para atacar al líder de U2.

  2. Por ser un evasor de impuestos

    Imagen promocional del álbum «Rattle and Hum», de 1988 - abc

    No poco se alabó la postura del grupo de permanecer en Irlanda y no emigrar a lugares más bulliciosos. Sin embargo, Harry Browne lo achaca, más que a fervor patriótico, a las ventajas que ofrecía el fisco de su país, desde 1969, a los artistas, que permitía que éstos no pagaran impuestos de su obra publicada. Pero en 2006 se puso un tope de 250.000 euros anuales, lo que evidentemente afectaba a U2 y a sus miembros. Fue entonces cuando trasladaron parte de su editorial musical a Amsterdam, donde reciben un mejor trato fiscal. Lo peor fue la reacción de Bono ante las críticas, cuando argumentó que había hecho lo mismo que otros que habían favorecido la economía irlandesa llevando allí su dinero, solo que al revés. De paso, alabó a las «personas muy inteligentes en el Gobierno y en Hacienda que crearon una arquitectura financiera que ha hecho prosperar a toda la nación». Todos sabemos como se hundió esa fantástica «arquitectura financiera». También achaca a a la banda entera de poseer un emporio empresarial opaco, imposible de desenmarañar.

  3. Por su actuación en el concierto Live Aid

    Bono, durante el concierto Live Aid - abc

    Harry Browne arremete primero contra la canción «Do They Know It's Christmas», de 1984, escrita por Bob Geldolf y Midge Ure, miembro de Ultravox y que contó con la intervención de Bono y un buen puñado de estrellas británicas del pop. «Una de las canciones más absurdamente paternalistas de la historia del sentimentalismo paternalista». Pero lo peor, según Browne, fue el comportamiento del cantante de U2 durante su actuación en el concierto Live Aid. Esto fue reconocido por el propio músico: «Sonido de mierda, corte de pelo de mierda, y no acabamos tocando el éxito "Pride (In the Name of Love)" porque el cantante se fue a hacer el gilipollas con el público -como resultado la banda quería matarme- y resultó ser uno de los mejores días de nuestra vida. Explica eso. Probablemente Él lo sabe». Harry Browne declaró a ABC que Bono hace de sus campañas un espectáculo en torno a su figura, gafas de sol incluidas, al contrario de, por ejemplo, Bruce Springsteen, «que sí aleja el foco de atracción de él y lo pone en otras personas o causas». Por último, destaca sus discursos en plan mesiánico en sus conciertos, y que alguna vez le han jugado alguna mala pasada, como cuando en 1993, en mitad del concierto en Wembley, conectó con Sarajevo. Tres chicas que aparecían en pantalla dijeron, entre otras cosas: «Sabemos que no estáis haciendo nada por nosotros. Vais a volver a vuestro espectáculo de rock. Vais a olvidar incluso que existimos. Y todos nosotros vamos a morir».

  4. Por su su apoyo a las políticas neoliberales

    Bono con Angela Merkel en la cumbre de Davos en 2006 - abc

    En la entrevista de ABC con Harry Browne, este dejaba claro que una de las peores consecuencias de los actos de Bono era su apoyo a la expansión de las políticas neoliberales. «Su mensaje básico es que los ricos y poderosos se ocuparán del problema de la pobreza, en lugar de mirar hacia el pueblo, hacia la democratización como agente del cambio». Cita como ejemplo su presencia en la cumbre de Davos. Además, afirma que las fotos de famosos con grandes mandatarios sirven para propagar la idea de que estamos en buenas manos. Incluso llega más lejos: «También está su asociación con grupos cristianos de derechas de Estados Unidos, que ha llevado a una mayo represión de minorías sexuales en África. Hay estudios que demuestran que la influencia de estos grupos es proporcional al resurgimiento de estas nuevas olas de represión. Bono se jacta de que ha sido el que ha llevado a estos grupos de cristianos allí, por lo que considero que es también responsable de esto». Quizás se pueda añadir que algo tendrá que ver también el auge del fundamentalismo musulmán.

  5. Por rehabilitar a los responsables de la invasión de Irak

    El expresidente de Estados Unidos George Bush con Bono, en 2009 - reuters

    Sus fotos junto a los principales líderes que encabezaron la invasión de Irak chirrió a más de un fan. De hecho, «En el nombre del poder» cita las airadas palabras de Jim Kerr, cantante de Simple Minds: «No puedo creer que alguien pueda no darse cuenta de que cualquiera que sea el gesto que pueda hacer Blair por el alivio de la deuda africana, sus resbaladizas manos están actualmente chorreando la sangre caliente de los hombres, las mujeres y niños iraquíes». En el libro habla de su tardanza en posicionarse en esta cuestión, y su tibieza a la hora de hablar de la paz («¿Cómo no voy a estar a favor de la paz?»). Bono se mostraba contrario a la intervención sin un mandato de la ONU, no a la intervención en sí. Además, sus fotos con George Bush y el primer ministro británico, Tony Blair han servido para ofrecer una cara amable de ellos y rehabilitar sus figuras de cara a la opinión pública.

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