La compañía española de electrónica de consumo BQ, que ya tiene en el mercado lectores de libros electrónicos, tablets y smartphones, ha anunciado que va a lanzar Witbox, su propia impresora 3D. El dispositivo, que saldrá a la venta en diciembre, está orientado tanto al público doméstico como escolar, y permitirá crear figuras tridimensionales de gran tamaño.

Witbox es, según sus creadores, «la impresora doméstica con mayor volumen de impresión del mundo». Puede crear piezas con una base del tamaño de un folio (21 x 29,7 centímetros) y de hasta 20 centímetros de altura. Todo a base de calentar plástico, derretirlo e inyectarlo en el lugar adecuado.

La primera impresora tridimensional de BQ tiene un diseño completamente cerrado. «Minimiza el ruido», afirma Alberto Méndez, director técnico de la compañía. Incluso se pueden apilar varias. Además cuenta con un sistema de flujo de aire en el interior que permite que el plástico se enfríe más rápido lo que, según la compañía, consigue una fabricación más estable y con menos problemas. Su resolución permite detalles de una décima de milímetro, en línea con otras de su categoría.

El desarrollo de esta impresora, asegura el director de BQ, ha llevado nueve meses. «Nos hemos metido en esto porque en realidad es bastante parecido a nuestros negocios de electrónica de consumo», afirma. «Es un dispositivo conectado a internet, y puede haber un ‘market’ de objetos». Junto con la impresora distribuyen un software, WitSoft, que da la posibilidad a los usuarios crear sus propias piezas y, en un futuro, les permitirá adquirir otras que estarán disponibles en una tienda online. También es compatible, aclaran en una nota de prensa, con el software libre existente para el diseño de figuras tridimensionales imprimibles. «El mundo de la impresión 3D nace de la mano del ‘hardware libre’», ha explicado Méndez, «y nosotros nos hemos apoyado en los cimientos de esa comunidad».

'Made in Spain'

«Está diseñada por españoles y se ensambla en Navarra», ha asegurado. El lugar, aclara, donde están los ingenieros que la han diseñado. «Queremos demostrar que en España también se pueden construir cosas tecnológicas». Uno de los motivos de crearlas, reconoce, es promover su uso en las escuelas para fomentar vocaciones técnicas. «Que salgan más ingenieros».

Alberto Méndez está presentando la impresora en Londres, en una feria dedicada a esta tecnología, y después la llevarán por Francia, Alemania o Rusia. En España no tienen previsto hacer una presentación ya que, aclara el director técnico de BQ, no hay ferias. Aun así estará a la venta antes de navidad –a 1.990 euros– en los establecimientos que ya comercializan sus ‘eReaders’, tabletas y teléfonos inteligentes.