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El sucesor de Sistach «debería ser alguien alejado de la política»

Algunos sectores de la Iglesia catalana verían con alivio un candidato «impuesto desde fuera»

El sucesor de Sistach «debería ser alguien alejado de la política» efe

esther armora

Soplan vientos de cambio en la Iglesia catalana y no todo el mundo los respira por igual. La sucesión del cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, que fuentes episcopales dan por sentado que se producirá a finales de año; la jubilación, en 2014, del obispo de Lérida, Joan Piris Frigola, y el probable relevo en los próximos tiempos de otros dos prelados con delicado estado de salud, han disparado desde hace meses las quinielas sobre los posibles nombres que se apuntarán en breve en la jerarquía eclesiástica de Cataluña.

La Generalitat ya movió ficha hace meses encargando a la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega (UDC), que sensibilizara a la curia vaticana sobre la idiosincracia catalana y se asegurara un relevo para Sistach afín a la causa nacionalista.

«Que venga de fuera»

Tal como avanzó ayer ABC, la Santa Sede observa con inquietud la deriva nacionalista y, ante la probada connivencia de varios prelados con la causa, ha apostado por un cortafuegos para alejar las sotanas del soberanismo. Esta opción es también aplaudida por varios sectores de la iglesia catalana que viven la causa pastoral al margen de refriegas e intereses políticos.

Es el caso del sacerdote Manuel Gómez, párroco de Gavà (Barcelona). Al igual que otros curas, que optan por el anonimato, Gómez prefiere que el nuevo arzobispo de Barcelona sea una persona «no politizada» y «que venga de fuera». Esta opción pasa, según afirma, por descartar las personas que hasta ahora se han apuntado como sucesores de Sistach: el obispo de Tarragona, Jaume Pujol Balcells; el obispo de Terrassa, Josep Àngel Saiz Meneses , y el arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives.

«El sucesor óptimo sería una persona alejada de la política, que no tuviera intención de estar en connivencia con el poder, que parta de cero», apunta el sacerdote. Reconoce que eso descarta a la mayoría de candidatos que salgan de un obispado catalán. «El objetivo de la Iglesia no es el nacionalismo sino servir a los fieles y guiarles en la fe», añade.

Lo mismo opina otro párroco del Obispado de Sant Feliu de Llobregat que prefiere omitir su identidad. «Está claro que a muchos obispos les importa y mucho estar bien con el poder político», afirma. No se sienten irreductibles como Astérix y Obélix en la Galia conquistada por Roma y aseguran que más allá de algunos pronunciamientos oficiales en pro del nacionalismo de los prelados catalanes hay «muchas parroquias preocupadas solo por sus feligreses».

La Conferencia Episcopal Tarraconense prefiere no pronunciarse al respecto. Fuentes eclesiásticas consultadas por ABC aseguran, no obstante, que «lo natural» sería que el sucesor del cardenal de Barcelona «sea una persona que conozca Cataluña» y rechazan cualquier candidato impuesto desde fuera. El nuevo obispo de Tortosa, monseñor Enrique Benavent, se limitó a decir ayer que si Cataluña se independizase algunas diócesis podrían desaparecer. «No sé si sería mejor o peor», dijo.

El sucesor de Sistach «debería ser alguien alejado de la política»

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