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Hong Kong reclama democracia 17 años después de su devolución a China

Una multitudinaria marcha, con medio millón de manifestantes según la organización, inunda las calles para pedir el sufragio universal

Hong Kong reclama democracia 17 años después de su devolución a China efe

Pablo díez

Ya han pasado diecisiete años desde que Hong Kong fuera devuelto a China tras más de un siglo de ocupación británica. Desde entonces, y bajo el principio de «un país, dos sistemas», esta próspera ciudad de seis millones de habitantes ha vivido su particular libertad sin democracia, más concentrada en su lucrativo papel como centro financiero de Asia que en sus aspiraciones políticas.

Aunque Hong Kong disfruta de más libertades y derechos que el resto de China, los tiempos, y sobre la mentalidad de los jóvenes hongkoneses, están cambiando .

Coincidiendo con el decimoséptimo aniversario de la devolución a China, una multitudinaria marcha, formada sobre todo por jóvenes, inundó este martes el centro de Hong Kong bajo un calor asfixiante. Como siempre, las cifras bailan entre los 510.000 asistentes anunciados por los organizadores y los 92.000 contabilizados por la Policía, que desplegó a 4.000 agentes bajo un fuerte dispositivo de seguridad.

Con independencia de las cifras, se trata de una de las manifestaciones más masivas que se recuerdan en la excolonia británica tras la de 2003, que sacó a las calles a otro medio millón de personas para protestar contra una «ley antisubversión» que finalmente fue retirada por el autoritario régimen de Pekín . Buena prueba de su éxito es que, cuatro horas después de partir del Parque Victoria, la cabeza de la marcha llegó al distrito de Central cuando aún quedaban miles de personas por salir del punto de origen.

Aunque la efeméride no era redonda, llega en un momento de especial tensión política, ya que casi 800.000 personas han votado durante los últimos diez días en un referéndum no oficial sobre el sufragio universal en Hong Kong. Ante las demandas ciudadanas, Pekín ha prometido elecciones democráticas para 2017, pero entre una serie de candidatos elegidos por un comité afín, lo que ha caldeado los ánimos en la excolonia británica. Hasta ahora, el jefe ejecutivo de la ciudad es votado por una serie de representantes de diversos sectores sociales y económicos, la mayoría dependientes del poder central en Pekín.

«Queremos democracia y votar a nuestros representantes. Es inaceptable que unos pocos determinen nuestro futuro», se quejaba a ABC Louise Fu, una estudiante de 22 años de la Universidad Baptista que, por primera vez, acudía a una manifestación porque «Hong Kong tiene ahora menos libertad que hace 17 años».

Para presionar al Gobierno, un grupo de estudiantes tenía previsto desafiar a la Policía y ocupar por la noche el distrito Central. «Nos quedaremos aquí hasta las ocho de la mañana, pero la Policía nos ha dicho que debemos irnos a las cuatro de la madrugada. Si no, vendrán a arrestarnos», explicó a ABC Vivian Yip, de la Federación de Estudiantes de Hong Kong. A sus 22 años, esta alumna de Estudios Culturales de la Universidad de Lingnan no tenía miedo de acabar en el calabozo porque «hay que presionar al Gobierno para lograr el sufragio universal».

Un peligroso mensaje para el autoritario régimen de Pekín y para el jefe ejecutivo de Hong Kong, CY Leung , que apuestan por la estabilidad política y social para mantener el desarrollo económico de la isla. «Solo asegurando la estabilidad de Hong Kong podemos conservar nuestra prosperidad y, así, mejorar la vida de la gente», advirtió CY Leung en un discurso con motivo del aniversario de la devolución.

Más agresivo se mostró, en cambio, el periódico «Global Times» – portavoz del Partido Comunista chino – al denunciar en un artículo publicado el lunes que la votación por el sufragio universal era ilegal y recomendar a los hongkoneses que no acudieran a la marcha del 1 de julio. «Las fuerzas radicales opositoras de Hong Kong están tratando por todos los medios de construir un carro de batalla para que la gente se suba al mismo por decepción. Como su objetivo es el Gobierno central y toda la gente del país, es mejor no subirse a este carro», recalcó el periódico.

Pero, diecisiete años después de su devolución a China, Hong Kong ya no se conforma con su libertad. Ahora, más que nunca, reclama democracia.

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