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Romero de Torres, un pintor rescatado

EL Museo de Bellas Artes de Bilbao, ha inaugurado este otoño una magnifica exposición del pintor cordobés Julio Romero de Torres. La muestra reúne obras procedentes de diferentes colecciones privadas, museos españoles y de Hispanoamérica, donde el artista cosechó grandes éxitos.

Romero de Torres pertenece al grupo de pintores, no tan valorados ni reconocidos, que a principios del siglo XX optaron por el valor de la imagen, alejándose de los movimientos artísticos que formaron las primeras vanguardias, y que dominaron todo el siglo pasado. Su pintura, de indudable valor, está siendo revisada. Interés refrendado por la última subasta de la galería Sotheby´s de Londres, donde una de sus obras , «Rivalidad», duplicó el precio de salida.

Recorriendo las salas, descubrimos al auténtico Romero de Torres, muy lejano del pintor amable de la copla y del tópico de la belleza de la mujer morena. Julio Romero de Torres se presenta, a los ojos de los espectadores, como pintor de enorme personalidad, cuya principal característica es la exaltación extrema de los diferentes amores, plasmados en el lienzo con crudeza, teatralidad y simbolismo, reforzados por el color (destacando los rojos y los negros) y la luz (blanca y fría de la luna).

Romero de Torres, no buscó momentos cotidianos, sino escenas desgarradas, en las que mezclar: amor, pasión y muerte, lo místico y lo profano, hasta llegar a lo irreverente, para plasmarlas en un segundo plano, generalmente muy lejano, de sus lienzos. Mientras, en un primer plano, ajenas, aunque protagonistas de la historia relatada, una o varias figuras femeninas posan para el pintor.

La acción transcurre en unos paisajes fríos y sombríos, que toman como modelo Córdoba; la mezquita, los puentes, el Guadalquivir, el Cristo de los faroles, etc. aparecen, en sus cuadros, como testigos mudos del drama que acontece. El también cordobés, Antonio Gala, escribe que Romero «... transformó toda Córdoba en pasillo sombrío; sus plazas y sus calles, en salas donde amar y sufrir y cantar. ....reclamando silencio y atención», alejándose del tópico que incluía a Romero de Torres, entre los pintores regionalistas, de la Andalucía alegre y colorista.

Y como protagonista, indiscutible de su obra, la mujer; pero no la mujer morena de belleza serena, sino mujeres concretas, mujeres que el pintor conoce y retrata, esposas de sus amigos, artistas, y también mujeres de la calle. Muy diferentes entre ellas y sin embargo con una característica común: el alma en la mirada.

Romero de Torres supo descubrir los sentimientos de las mujeres con indiscutible talento. Todo un mundo interior aflora con maestría, gracias a unas simples y perfectas pinceladas de color;y los ojos de sus retratadas: miradas alegres, confiadas, soñadoras, tristes, desesperadas, serenas, desorbitadas, tentadoras, crueles y perversas, llenan sus obras y conmueven al espectador.

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