La protesta por los recortes sanitarios, que hoy comienzan a materializarse con la aprobación del «decretazo» que da luz verde a la Junta de Andalucía para trasquilar los servicios públicos, fue ayer el hilo conductor de la actualidad en el Hospital Reina Sofía, ya que una amplia representación de los principales sindicatos de los profesionales sanitarios se encerraron en el acceso principal al recinto con la intención de hacer público su enfado por la política restrictiva de la Administración regional. «Griñán y Valderas, el dúo de la tijera» era uno de los lemas con los que los representantes de los trabajadores se concentraron a media mañana, muchos de los cuales, entre ellos los del Sindicato de Enfermería (Satse), seguían al pie de la protesta al cierre de esta edición y estaban dispuestos a mantenerla hasta este mediodía de hoy.
Más que el número de manifestantes, que no fue abultado pues apenas se llegó a la veintena de sindicalistas, cuenta los cientos de trabajadores por los que alzan la voz: los miles de empleados de la sanidad pública en Córdoba (sólo en el Reina Sofía hay más de tres mil) que ven cómo su sueldo va a la baja al tiempo que la exigencia laboral crece. Lo expresa con las siguientes palabras José Luis Navas, del Sindicato Médico Andaluz (Simec): «Este decreto va a suponer un antes y un después en la forma en la que los profesionales sanitarios nos relacionamos con la administración». La apostilla de Manuel Cascos, de Satse, es también precisa: «No podemos quedarnos callados: los ciudadanos tienen que saber qué está pasando, porque a ellos también les afecta». Los portavoces de USAE, que también se encontraban entre los promotores del encierro, se manifestaron en este mismo sentido.
La concentración de ayer se inició después de que los médicos del Reina Sofía celebrasen una asamblea, a la que acudió un buen número de los jefes de sección del complejo así como de los directores de las unidades de gestión clínica. «El rechazo a la política de la Junta es unánime», indicó José Luis Navas haciéndose eco de la postura descrita la semana pasada por el 80 por ciento de los doctores del Hospital en una carta remitida al director-gerente del mismo, José Manuel Aranda. Los jefes de servicio y los directores de las unidades de gestión clínica se sumaron un día después a la carta de protesta, que alertaba de las consecuencias que tendrá para la calidad asistencial que la Consejería de Salud reduzca su presupuesto y sobrecargue a los profesionales de trabajo.
La carta de los jefes de sección y los directores de las unidades de gestión clínica afirmaba que «comprendemos que existe una necesidad de ajustes presupuestarios en la administración pública, pero nuestra petición formal de que se lleve a la práctica de modo proporcionado y equitativo entre todos los empleados públicos y de modo lineal para todos ellos, incluyendo al colectivo sanitario». Además, estos directivos advertían de «la dificultad manifiesta de cumplir algunos de los objetivos, en especial los referidos a los decretos de garantía de plazos, incluidos en los acuerdos de gestión clínica, en caso de que se materialice la prevista disminución de empleo y sueldo al personal sanitario interino o eventual».
Por su parte, CC.OO. eligió la sede de la Delegación de Salud, en la avenida de República Argentina, para organizar ayer un encierro en el que también denunciaron los recortes.
