Compromís registra dos mil preguntas sobre la enseñanza de religión
Oltra se interesa hasta por el número de niños que reciben clases en los hospitales
La particular «cruzada» del grupo Compromís contra la religión católica en particular sigue adelante. Hace unos meses la coalición pidió que no se jurara en las Cortes con la presencia de un crucifijo; también quiso saber cuánto se pagaba a los profesores de religión porque, en su opinión, había habido un descenso en el número de alumnos adscritos a estas clases que no se había visto reflejado en un descenso del número de profesores.La portavoz adjunta del grupo parlamentario Compromís, Mónica Oltra, llegó a decir que era un «pago encubierto a la Iglesia Católica que acaba asumiendo la Conselleria de Educación para profesores que escoge el Arzobispado».
Esta fijación —que también se añaden a otras como pedir a la Iglesia el pago del IBI— dio ayer un nuevo salto:Oltra, en nombre de Compromís, registró algo más de dos mil preguntas al Consell solicitando información sobre las clases de religión. Las preguntas están relacionadas con el número de alumnos, el número de profesores y su dedicación a tiempo parcial o completo y los grupos de religión.
Batería indiscriminada
Lo curioso es que esta batería indiscriminada de preguntas está dirigida a todo tipo de centros, incluso los que no dan clases de religión y alcanza a hospitales o conservatorio de música, entre otros.
Es el caso de la unidad pedagógico-hospitalaria del Hospital General de Castellón sobre el que Oltra pregunta lo siguiente: «¿Cuál es el número de alumnado del centro? ¿Cuál es el número de alumnos que reciben religión? ¿Cuántos grupos de religión hay en el centro? De los profesores y profesoras de religión de este centro, ¿cuántos tienen dedicación a tiempo completo? y ¿cuántos tienen dedicación a tiempo parcial».
Este formulario dirigido a saber cuántos niños hospitalizados reciben clases de religión no deja de sorprender porque en estas unidades pedagógicas se trata de que los niños internados no pierdan la escolarización y se les adapta el material escolar en función de lo que sus respectivas enfermedades les permitan. La religión, además, no está contemplada como una asignatura en estos centros y sólo se les imparte a quiénes lo pidan.
Las preguntas también se dirigen a centros en los que tampoco se dan clases de religión, como es el caso del Conservatorio Profesional de Música de Altea, donde sí se imparten clases de piano, flauta travesera, clarinete, saxofón, trompeta, trompa, trombón, tuba, percusión, violín, violoncelo, guitarra, oboe, contrabajo y viola.
Las «respuestas» del Consell
El Consell deberá ahora escudriñar entre las dos mil preguntas para ver cuáles se pueden contestar o decidir si se devuelven todas y se pide mayor concreción y rigurosidad en los destinatarios de la demanda de información.
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