Suscribete a
ABC Premium

Bretón utiliza al capellán de la cárcel para vender su inocencia

Amenaza con ponerse en huelga de hambre si no lo sacan del protocolo antisuicidios

Bretón utiliza al capellán de la cárcel para vender su inocencia ROLDÁN SERRANO

CRUZ MORCILLO

Unas horas después de conocer que el juez había decretado de nuevo el secreto de las actuaciones, José Bretón se reunió en la cárcel de Córdoba con el capellán de la prisión, Vicente Benito, tal y como había solicitado. No quería confesarse, sino «vender» su inocencia a los medios de comunicación a través del sacerdote, después de hacerlo mediante su abogado. Fue una charla de más de dos horas, en la que el preso defendió su inocencia y le pidió al cura que tomara notas de todo lo que le contaba. Ni la Policía ni el juez dan credibilidad a su versión.

La palabra inocente fue la más repetida por Bretón, según explicó el cura, seguida de una ristra de quejas por el trato que recibe en el centro penitenciario de Alcolea donde ha denunciado a la directora y a varios funcionarios. «Me ha dicho que está muy mal y que no aguanta más. Como esto no llegue a su fin, se pondrá en huelga de hambre en los próximos días ». Una amenaza que, de momento, no ha cumplido ni ha comunicado a la dirección de la cárcel, según fuentes de Instituciones Penitenciarias, aunque no cesa de quejarse por seguir incluido en el protocolo «antisuicidios». Al sacerdote también le fue con la cantinela de que no puede descansar porque lo despiertan cada tres horas, un extremo que Prisiones desmiente rotundamente. «Un funcionario comprueba a través de la mirilla de la celda que está bien; nada más».

Bretón, inteligente y manipulador como aparenta ser, no dejó pasar la ocasión para reiterar que «alguien le ha quitado a los niños». Dice el capellán que cuando los nombraba se le caían las lágrimas, pero cuando Benito le ofreció su pañuelo de consuelo él lo rechazó y optó por unos de papel. Otra de sus manías ya conocidas por quienes le ven a diario: limpia todo lo que va a tocar y se lava compulsivamente las manos; le reconoció al párroco que cuando viaja en autobús ni siquiera se agarra a la barandilla porque le da asco.

El preso ya ha pedido formalmente que le visite su mujer, Ruth Ortiz, a la que cuestionó durante la charla como madre y como esposa. «Se refiere un poco negativamente a ella. Me ha contado que era una mujer fiel, cariñosa y entregada, pero que tras visitar a un psicólogo se transformó por completo». Los investigadores tienen una versión bien distinta sobre los últimos meses en los que convivió la pareja, y de hecho la misma noche que desaparecieron Ruth y José animaron a la mujer a denunciar a su marido cuando les relató episodios de amenazas que había sufrido. Bretón admitió al sacerdote que él quería quedarse con los niños tras la separación que se había producido unos veinte días antes.

Quiere ver de nuevo al cura

Como ya hizo su abogado, el padre de los niños expresó al párroco sus sospechas de que a los pequeños los tiene retenidos un familiar de Ruth, una versión que tampoco creen los investigadores. Él basa su teoría en que cualquiera pudo llevarse a los críos del parque Cruz Conde , pero la Policía tiene claro que Ruth y José nunca llegaron a ese lugar. Según Bretón, el trato de la familia materna hacia los niños no era bueno y él no se fiaba de la abuela materna.

El capellán explicó que no cree muchas de las cosas que le ha contado el interno, pero él cumple con el encargo que le ha encomendado. Antes de irse, Bretón ya le planteó que quiere volver a verlo, una petición a la que no se pueden negar los responsables de Alcolea.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación