DESDE EL IESE
A ver si estudian un poco
Sin la banca prestando dinero y, por lo tanto aceptando depósitos, la economía no se mueve o, si lo hace, lo hace mucho más lenta
Estoy indignado contra un político europeo, no recuerdo el nombre, que ayer hizo las siguientes declaraciones: «Vamos a ponerle impuesto a la banca, ya es hora de que devuelvan a la sociedad lo mucho que le han quitado».
Lo primero que tendría que hacer este señor es saber que los bancos, como otras empresas, existen porque proporcionan productos útiles a la sociedad. Eso en sí ya es una contribución. Pero es que, además, en el caso del sistema financiero, el producto que ofrecen dinamiza la economía.
El efecto multiplicador del dinero es el que permite que la sangre del sistema económico, el dinero, circule más rápidamente. Y donde hay dinero, hay transacciones, y hay gente que compra y gente que vende. Así es como se crea valor y crece la economía. Sin la banca prestando dinero y, por lo tanto aceptando depósitos, la economía no se mueve o, si lo hace, lo hace mucho más lenta.
Por otro lado, este argumento de poner impuestos a los ricos puede estar muy bien, pero el problema es que, en estos momentos, la banca es cualquier cosa menos rica. Unim, Catalunya CAIXA, Cam... y otras entidades han tenido que pedir dinero a todos los españoles porque no podían cumplir su función social, no tenían recursos para ello. Otros bancos, que han prestado a Grecia y a otros, sin beneficios no podrían cumplir sus compromisos.
Este político y sus afirmaciones lo que realmente pretenden es fijar un impuesto a la banca, que provocará que ésta preste menos dinero. Al final, lo que conseguirá es incrementar el precio del dinero. Si le pones impuestos al banco del 1% sobre las operaciones, en el fondo lo que has hecho es conseguir que no haya operaciones y, por lo tanto, encarecer el precio del dinero que los bancos y cajas van a aplicar, ralentizando así la recuperación económica.
Al final será verdad aquella frase atribuida a Margaret Thatcher que decía: «A los socialistas les va todo bien hasta que se les acaba el dinero». El problema es que, en esta ocasión, son los políticos europeos y no solo los socialistas, los que pueden acabar no solo con su dinero, sino con el de todo el mundo. Por favor, que estudien un poco y pregunten antes de tener ideas.
Carlos García Pont es profesor del IESE, Universidad de Navarra.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete