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«Nos dijo a gritos que todos moriríamos»

Testimonios de los supervivientes de la masacre de Utoya relatan que el asesino parecía «tranquilo»

«Nos dijo a gritos que todos moriríamos» ap

abc/efe

Al menos 700 personas. Ese es el número de hombres y mujeres que había en la isla de Utoya cuando un hombre, Anders Behring Breivik , disparó presuntamente contra los miembros de un campamento que se celebraba en la isla. Ese es el número que da a la BBC Adrian Pracon , uno de los supervivientes de la masacre ocurrida este viernes en la isla noruega. Pracon estaba trabajando en el stand de información de la isla cuando escuchó por radio que había habido una explosión en Oslo . Entonces, decidieron reunir a todas estas personas en una orilla de la isla para darles la noticia y estar así todos juntos. Allí recibieron una llamada para informarles de que un policía (Breivik disfrazado, según la Policía) se reuniría con ellos. Mientras, Pracon se fue a por avituallamientos para todos. Fue ahí cuando empezó a escuchar los disparos. Segundos después, la gente corría; algunos caían heridos por las balas.

Se hizo el muerto

Según Pracon, la persona que disparaba "estaba muy tranquila. Parecía que sabía lo que estaba haciendo". Como tantos otros, este joven se tiró al mar para huir de allí, pero cuando se dio cuenta de la distancia que tenía que atravesar (800 metros), dio marcha atrás... para encontrarse con el asesino, que disparaba a todos los que nadaban. Éste llegó a apuntar a Pracon, quien le rogó que no le hiciera daño. "No sé si me oyó, pero me perdonó la vida".

Una hora después, el asesino regresó y volvió a disparar. Pracon y otros supervivientes estaban escondidos detrás de las rocas y los árboles. Algunos heridos cayeron al mar y otros a los pies del chico (quien recibió un disparo en la espalda), quien salvó de nuevo su vida haciéndose el muerto cuando el asaltante pasó por delante de él.

"Estaba tranquilo, nunca corrió"

Otro testigo, Stine Renate Haheim, miembro del Parlamento noruego que estaba también el campamento, dijo a la emisora BBC que los jóvenes empezaron a reunirse en pequeños grupos para hablar del atentado en Oslo cuando escucharon que alguien decía que venía la policía, por lo que pensó que ellos estarían bien.

"Después vi a un policía que bajaba de la colina y de repente empezó a dispararle a la gente, uno a uno. Empezamos a correr y saltar al mar", afirmó Haheim, quien admitió que lo más aterrador fue ver que el hombre llevaba un uniforme policial.

"Estaba tranquilo, nunca corrió, sólo seguía disparándole a la gente, nunca le escuché hablar", añadió.

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