La UE estudia bajar el precio de la ayuda a Irlanda para evitar otra tragedia griega
El futuro de los países más débiles de la eurozona se debate desde hoy en Bruselas, donde también se revisará el mecanismo de los rescates
Los ministros de Economía de la Eurozona y los del conjunto de la Unión Europea (Ecofin) inician hoy, bajo el impacto de la detención del director gerente del FMI, Strauss-Kahn, una reunión de dos días en Bruselas de enorme importancia. En la misma darán el visto bueno final al rescate de Portugal, una posible rebaja del tipo de interés que concedieron a Irlanda y, como telón de fondo, los enormes problemas de Grecia.
En el caso de Portugal se prevé que la UE dé el visto bueno final al préstamo de 78.000 millones de euros a tres años a un tipo de interés del 5,5%, que correrá a cargo en sus dos terceras partes de los países de la UE a través del Fondo Europeo y en un tercio del FMI. Este dinero se concede a cambio de una enorme cura de austeridad que supondrá que la economía portuguesa sufrirá dos años de contracción a un ritmo del 2% anual.
El acuerdo sobre Portugal podrá alcanzarse más fácilmente de lo que se preveía gracias a que el viernes pasado Finlandia dio finalmente su apoyo a esta ayuda.
Otro de los puntos de la agenda de la reunión es Irlanda. Este país, que recibió otro rescate en noviembre del año pasado por importe de 85.000 millones de euros, se encuentra ahora en la encrucijada por los elevados tipos de interés que tiene que pagar: el 5,8%. La cuestión es que Francia ha bloqueado hasta ahora cualquier medida de gracia hacia Dublín alegando que este país tendría que subir antes el impuesto de sociedades que aplica a las empresas, con un tipo del 12,5%, el más bajo de toda la UE. La tesis de Irlanda es que no va ceder un ápice apelando a su autonomía en materia fiscal, aunque vista la situación podría poner sobre la mesa una oferta para ampliar la base imponible del mencionado impuesto.
Además de los temas de Portugal e Irlanda, otra de las estrellas invitadas a las reuniones del Eurogrupo y del Ecofin será sin duda Grecia, en la primera línea de actualidad de los últimos días por la aparente mala situación económica que atraviesa de nuevo. Este país, que inauguró el mecanismo de los rescates en la UE hace un año al recibir una línea de préstamos de 110.000 millones de euros, no acaba de salir de la crisis porque no ha hecho los deberes en materia de consolidación fiscal al no haber puesto en marcha un plan de privatizaciones con las que esperaba ingresar 50.000 millones de euros hasta 2015. Y esta falta de cumplimiento hace que la UE y el FMI tengan serias dudas sobre la entrega del quinto plazo del préstamo, de 12.000 millones de euros, que estaba previsto que llegara a Atenas en las próximas semanas. Este dinero es vital para que Grecia pueda hacer frente a los próximos vencimientos de deuda que tiene pendientes por importe de 13.700 millones de euros.
Además, el Gobierno griego reconoció ayer que el arresto del director gerente del FMI podrá causar ciertos retrasos a corto plazo en el plan de rescate a la economía helena.
Y, más allá de las urgencias más inmediatas en materia de vencimientos de deuda, las instituciones internacionales están muy preocupadas por los datos que apuntan que Grecia no podrá volver a financiarse en los mercados en 2012. Este hecho ha provocado toda suerte de rumores, que incluían desde la reestructuración de su deuda hasta una eventual salida del euro, todos desmentidos no sólo en Atenas, sino también en Bruselas y en Francfort. Pero, más allá de la especulación, el asunto es que la UE y el FMI tienen que empezar a diseñar una nueva estrategia para ayudar a Grecia una vez tengan en su poder los informes sobre su situación financiera que están realizando sobre el terreno la «troika» formada por el FMI, el BCE y la CE.
Otra vez Grecia
Las opciones para dar de nuevo «respiración asistida» a Grecia serían variadas e irían desde un nuevo plan de rescate financiero, pero a un tipo de interés más bajo (el actual ronda el 4% tras la rebaja de 100 puntos básicos que se le aplicó en marzo), un alargamiento de los plazos de devolución de los créditos (en el caso heleno es ahora de 7 años y medio), o un plan para aplazar los pagos de la deuda que tiene pendiente y que es equivalente al 150% de su PIB, en el que se podría pedir la colaboración de la banca europea para diseñar conjuntamente la estrategia de salida.
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