España no se arruga ante los tunecinos

España sumó ante Túnez su segunda victoria en el Mundial (18-21) y acaricia el pase a la segunda fase, primero de los objetivos marcados para este campeonato. Conscientes de que el duelo ante los africanos era clave para futuras aspiraciones, los de Valero Rivera exhibieron una gran defensa que nada tuvo que ver con la desidia demostrada ante Barhein. Fue la clave del triunfo porque en ataque se atascó y sufrió para superar la muralla de la selección de Alain Portes.

Túnez siempre estará en la memoria del balonmano español. No por el partido de ayer, sino por el Mundial ganado por nuestra selección en 2005 en ese país, donde la anfitriona comenzó su escalada. En aquel campeonato, los tunecinos empezaron a exhibir la fuerza y agresividad defensiva que aún conservan y que les llevó a subir un peldaño en el panorana internacional. España, que sabía lo que le esperaba, tardó más de diez minutos en batir a un extraordinario Majed Hamza. Aguinagalde fue el encargado de acabar con la sequía.

El sistema defensivo español también se le atragantó al rival, que no puso a prueba a Hombrados hasta el minuto siete. Uno más tuvo que esperar para marcarle el primer gol.

Sin la presencia en tierras nórdicas del lateral derecho Aymen Hammed y del cañonero Wissam Hmam, los tunecinos han visto mermadas sus opciones de medalla, pero siguen siendo un conjunto potente al que a veces le traiciona su fogosidad. Los dos jugadores del Montpellier no son el único argumento de esta selección. El central Heykel Megannen, que a sus 33 años vive una segunda juventud, fue el encargado de dotar de criterio al juego ofensivo de su selección ante la ausencia de Hammed y Hmam. Apareció, pero tarde, porque no se dejó ver hasta la segunda parte después de que España se fuera al descanso con dos goles de ventaja (7-9). Pese a los problemas para penetrar en la zaga tunecina, Alberto Entrerríos demostró una vez más que es básico en el esquema de Valero Rivera y asumió la responsabilidad en ataque.

Túnez sacó su carácter, no se rindió y consiguió poner el marcador a su favor con un inquietante 14-12. Los fantasmas del calvario vivido en Croacia 2009 espolearon a los nuestros, que ajustaron su defensa hasta recobrar la ventaja. Hamza —que terminó con un 44 por ciento de paradas— fue clave para que los africanos siguieran metidos en el partido hasta el final, aunque el ataque español encontró la fluidez que le había faltado y con un parcial de 1-6 acabó con las esperanzas tunecinas. Las puertas de la segunda fase se abren para Rivera y sus jugadores. Hoy espera Alemania (18.30, Teledeporte).